Amazon Prime Video tenía entre manos el estreno más esperado del año en plataformas de streaming: Citadel. Después del fiasco que supuso El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder, serie que ni siquiera ha paralizado un nuevo reboot de la obra de J.R.R. Tolkien, la plataforma ha estrenado la segunda serie más cara de la historia.
Dirigida por Anthony y Joe Russo, encargados de Vengadores: Infinity War y Endgame, la serie parecía ser la gran sorpresa del año, consiguiendo un número enorme de espectadores para superar así a otras propuestas como The Last of Us o The Mandalorian. Con Richard Madden y Priyanka Chopra como dos agentes secretos al más puro estilo James Bond, todo parecía estar listo para ser un gran éxito.
De momento, se han estrenado dos episodios y uno nuevo se estrenará cada semana hasta llegar al final el próximo 26 de mayo. Sin embargo, ¿ha conseguido Amazon Prime Video el éxito que esperaba? Os adelantamos un pequeño spoiler: No, y puede ser uno de los peores fracasos de su historia.
Un fracaso CASI sin precedentes
En lugar de hacer como Netflix y cancelar cada serie a primeras de cambio, Amazon Prime Video tiene la virtud de confiar más en sus series y dejarles seguir viviendo a pesar de no conseguir ser el éxito esperado. Es el caso de ficciones como El Cid, Carnival Row o Los Anillos de Poder.
Aun así, no parece que esta sea la mejor estrategia para la plataforma, puesto que tampoco está consiguiendo la calidad de las series de HBO Max y ni siquiera consiguen el público de las de Disney Plus. Citadel es solo el último caso de ello, y es que la serie se ha estrenado con una valoración del 52% en Metacritic, una puntuación bajísima para la que ya no vale ninguna excusa.
Pero ¿cuáles han sido los problemas principales de Citadel? La crítica general apunta a varios puntos que dejan muy claro que no tiene ningún sentido que Amazon Prime Video se haya gastado tantísimo dinero en esta producción. Y es que, por más que recupere lo invertido, no conseguirá atrapar a un gran público nuevo, lo cual parecía ser el objetivo principal de la serie.
Al fin y al cabo, Amazon Prime Video aún no tiene un público fiel que sí tienen, por ejemplo, los productos audiovisuales que surgen de Disney Plus o HBO Max. Y, en su búsqueda por hacer frente a un Netflix en el que ya parece valer todo, tampoco parece estar en su mejor momento.
Un guión desastroso
Más allá de la dirección de los Russo, la interpretación de los protagonistas o el diseño de producción titánico, Citadel tiene un problema de base que es imposible arreglar por ninguna parte: su guión. La serie quiere ser una mezcla entre Kingsman, James Bond y las películas clásicas de espías. Pero no solo no consigue eso sino que acaba pareciendo una copia barata de sus argumentos.
La historia de la serie se enmarca ocho años después de la caída de Citadel, una agencia global de espionaje que se encargaba de mantener la seguridad y el bienestar de todo el mundo. La agencia cayó por culpa de Manticore, un sindicato secreto que manipula el mundo desde las sombras y que tiene un poder sin igual.
Mason Kane y Nadia Sinh, dos exagentes de Citadel que lograron sobrevivir a Manticore, perdieron la memoria después de que borraran sus recuerdos. Ahora, viven escondidos bajo nuevas identidades y vidas. Pero Bernard Orlick, un antiguo compañero de Mason, lo contacta para una misión prácticamente suicida: detener a Manticora en su intento por controlar el mundo.
Mason y Nadia se reencuentran mientras intentan recordar sus vidas pasadas y detener a la gran corporación contra la que luchan. Y, juntos, llevan a cabo esta misión a sabiendas de que son los únicos que pueden parar los pies a esta gran amenaza global.
Esta historia podría parecer interesante, pero cuenta con algunos agujeros de guión importantes, un argumento apresurado que no deja masticar, por ejemplo, el hecho de la amnesia de los protagonistas, y una falta de interés general por la historia. Todavía no hemos empatizado con los personajes cuando ya se ponen a repartir… quizás deberían aprender un poco más de John Wick.
Una serie que no se decide sobre lo que es
Al contrario de lo que ocurre con Mrs. Davis, la serie de HBO Max que se ha alzado como una auténtica locura de Damon Lindelof pero que funciona justo por ser algo único en el mercado, Citadel no parece tener claro nunca lo que quiere ser.
Por una parte, busca ser una serie moderna a lo La Casa de Papel que lleva la acción a límites increíbles mientras su argumento se va enrevesando cada vez más. Por otra parte, quiere ser una película clásica de James Bond que no funciona al no contar con el carisma del protagonista. Y, por otra parte, se alza casi como una película de superhéroes donde el límite de la realidad está difuso.
Esto hace que la serie tome direcciones bastante contrarias y nunca quede del todo claro de qué estamos hablando. Además, esta el factor del que peca muchas otras series, sobre todo las de Disney Plus: quiere ser el inicio de una gran franquicia.
En lugar de centrarse solo en una historia independiente que funcione como un reloj, Citadel se plantea desde el minuto uno como el arranque de varios spin-offs para países de todo el globo. Ya se ha confirmado el desarrollo de “Citadels” locales en países como Italia, México o India. Y esto provoca un fenómeno muy curioso: si no funciona ni la versión internacional, ¿cómo quieren que funcione el resto?
Vender la piel del oso antes de cazarlo
Como si tuvieran el secreto de la eterna juventud, con Citadel Amazon Prime Video ha vuelto a repetir la cagada de El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder: vender la piel del oso antes de cazarlo. En lugar de contar una pequeña historia que pueda ir haciéndose grande y hacer surgir a muchas otras, han tomado el camino contrario, y el resultado es una serie que no se sostiene por sí misma y que, encima, ahora debe sostener a muchas otras.
Si algo nos enseñó el Universo Cinematográfico de Marvel —por más que haya empeorado muchísimo en los últimos años hasta convertirse en otro fenómeno más de sobreexplotación— es que, para hacer una gran franquicia, primero se deben sentar las bases y que todos los ingredientes funcionen por sí solos.
De hecho, con el Snyderverso ocurrió justo lo contrario: quiso presentar el súpergrupo antes que las historias de cada personaje, y esto acabó con su suicidio cinematográfico. También es lo que ha ocurrido, en parte, con Los Anillos de Poder, y es evidente que es el gran problema de Citadel.
Si, como ha hecho Netflix con La Casa de Papel, se hubieran centrado en una buena serie que funcione a la perfección para luego poder explotarla en spin-offs o versiones locales, otro gallo hubiera cantado. O incluso como John Wick, que tan solo era una película y ha acabado derivando en un universo increíble.
Pero Amazon Prime Video no parece tenerlo claro. Sigue buscando su gallina de los huevos de oro con la vista puesta en el futuro, y por el camino se olvida de lo verdaderamente importante: crear buenas historias, emocionantes y que conecten con el público. De momento, la audiencia ha reaccionado de forma bastante negativa a Citadel, así que todo parece indicar a que sus planes van a desmoronarse más pronto que tarde.
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