En el riesgo está la clave del éxito, y esto es algo que parece tener muy claro Damon Lindelof. El creador de The Leftovers, Perdidos (Lost) y la maravillosa Watchmen de HBO Max acaba de lanzar su última serie, Mrs. Davis, y es la serie más loca, divertida, atrapante, estrambótica y reflexiva de lo que va de año. Y cuando sepáis de qué va os daréis cuenta de que no estoy exagerando.
Estrenada en HBO Max el 20 de abril en una tanda de cuatro episodios, la serie estrenará cuatro más en las siguientes semanas, hasta llegar al último el próximo 18 de mayo. Se ha estrenado con algo de silencio por parte de la plataforma, quizás porque viene directamente de Peacock y no es original de HBO… o quizás porque es tan rara que ni siquiera saben cómo llevar a cabo su marketing.
Sin embargo, vistos los cuatro primeros episodios de la temporada, podemos concluir que se trata de una de las apuestas más arriesgadas de la ficción de los últimos años. Y esto tiene una doble lectura: o te encanta, te atrapa y te vuelve completamente loco —como me ha ocurrido a mí— o no te interesa en lo más absoluto.
Pero, sea como sea, merece la pena probar a ver, como mínimo, el primer episodio de la temporada. Porque si te atrapa, la nueva apuesta de Lindelof se convertirá automáticamente en una de tus series de referencia. Y si no lo hace, como mínimo, te habrás llevado una experiencia psicodélica y las manos a la cabeza para exclamar: “¡¿pero cómo alguien ha dado luz verde a esto?!”.
El Santo Grial contra la Inteligencia Artificial
Pero ¿por qué es tan rara Mrs. Davis? Podríamos resumirlo con que es la búsqueda del Santo Grial de una monja del siglo XXI para derrotar a una Inteligencia Artificial que se ha apoderado del mundo. Pero será mejor que os relate la sinopsis para que entendáis un poco mejor qué os intento contar:
“Una inteligencia artificial llamada Mrs. Davis parece tener cautivada a toda la humanidad con su personalidad, aunque en realidad esconde un oscuro secreto: La IA Mrs. Davis pretende provocar un colapso mundial y acabar con la humanidad. La forma de conseguirlo se desconoce, pero los que la siguen son enviados a “Misiones” con el fin de ganar sus “Alas”.
La única que no está encaprichada con Mrs. Davis y es consciente de sus intenciones es una decidida monja llamada Simone, que no se detendrá ante nada con el único propósito de destruir a la IA y salvar a la humanidad”.
Como una mezcla de Black Mirror, La monja guerrera, Indiana Jones y Twin Peaks, la serie se alza como una historia de aventuras llena de comedia pero con un oscuro trasfondo detrás. Y es que, por más que nos lo pasemos pipa con la protagonista, interpretada por una Betty Gilpin en estado de gracia, lo que nos cuenta la ficción es algo bastante duro y que realmente nos deja pensando.
Un Black Mirror divertidísimo
Lo más importante de Mrs. Davis es que se trata de una serie profundamente actual. Con el auge de la Inteligencia Artificial a través de herramientas como ChatGPT, Bard o Stable Diffusion, cada vez son más los que se plantean todo tipo de cuestiones sobre la IA: ¿acabará con nuestro trabajo? ¿superará a la humanidad? ¿nos convertirá en sus herramientas a largo plazo?
Y básicamente todas estas cuestiones las responde Mrs. Davis. La IA que conocemos en la serie tiene un gran sentido del humor y lleva a cabo estrategias muy enrevesadas para cumplir con sus objetivos, pero su mayor poder es el que tiene para controlar a todos a su antojo: los humanos son, para Mrs. Davis, herramientas con las que conseguir sus objetivos.
Se trata, por tanto, de una serie llena de aristas y que, tras su tono bobalicón y su humor en ocasiones absurdo, oculta una reflexión muy interesante que, por otra parte, es a lo que nos tiene acostumbrados Damon Lindelof. Eso sí, aquí no tendremos tantos cliffhangers sin resolver como en Perdidos… o eso esperamos.
En el nombre de la madre
El otro tema clave de Mrs. Davis es lo contrario a la tecnología: la fe. Aunque Simone no es una monja al uso, precisamente, sí que utiliza todo lo que está en su mano para luchar contra la IA, y eso integra su profusa fe hacia Dios. La religión está muy presente en la serie, pero de una forma muy distinta a lo que estamos acostumbrados. Es, desde luego, una serie mucho más moderna.
Pero es que, además, el mundo de Mrs. Davis integra la magia… o eso parece. Existe el Santo Grial, que es la herramienta que con tanto ahínco busca la IA, de forma que se trata de una diatriba constante entre lo real y lo imaginario, lo onírico y lo terrenal. Y, además, nos deja muy claro cómo la humanidad está jugando a ser Dios con las nuevas IA.
En definitiva, Mrs. Davis es una serie digna de admirar, aunque sea por curiosidad. Hay muchos motivos por los que te puede atrapar: su argumento, sus interpretaciones, su surrealismo, su reflexión sobre el mundo y su tono aventuresco. Pero sobre todo es la enésima prueba irrefutable de que Damon Lindeloff es de los mejores showrunners de la historia de la televisión.
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