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Curro, la mítica mascota de la Expo 92 que pasó de hundir barcos a reposar en un cementerio de muñecos

Los Mingote aún siguen enfadados

Curro, la mítica mascota de la Expo 92 que pasó de hundir barcos a reposar en un cementerio de muñecos
Randy Meeks

Randy Meeks

  • 1 de junio de 2023
  • Actualizado: 8 de agosto de 2024, 9:43
Curro, la mítica mascota de la Expo 92 que pasó de hundir barcos a reposar en un cementerio de muñecos

1992 fue el año en el que España perdió su inocencia. Después de una época de Transición y ya bien metidos en los 90, era el momento de salir al mundo de nuevo, y de qué manera: Olimpiadas en Barcelona y Expo Universal en Sevilla. Casi nada. Y cada una, acompañada de su respectiva mascota: Cobi, el perro aplastado de Mariscal, se dedicó a los deportes, pero para presentar Andalucía al mundo escogieron a un extraño pájaro con el pelo multicolor. Era el turno del extraño Curro.

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A currar

Esta no fue la única mascota que se presentó al comité organizador, claro. A la elección final, que tuvo lugar en enero de 1989, llegaron tres posibles mascotas: Curro, de Heinz Edelmann (director de arte de ‘El submarino amarillo’); El Ángel, de Mingote y Caballo Cartujano, de Miguel Calatayud, que tenía un parecido más que razonable con el contemporáneo BoJack Horseman.

El ganador, como sabemos, fue Edelmann, algo que no sentó nada bien a Mingote, que quedó en tercer lugar y se retiró del concurso a posteriori (un poco como anular un partido cuando pierdes 10-0). Curro, por cierto, estuvo a punto de llamarse Colón, pero finalmente se quedaron el nombre de Francisco: porque sí, Curro no deja de ser un apelativo cariñoso, ¿no? ¿A que nunca lo habíais pensado?

El primer boceto de Curro ha visto cosas

Curro apareció en todos los sitios. Todos. Desde el ‘Un, dos, tres’ hasta como invitado en el primer viaje de una réplica perfecta de la Victoria, el barco de Juan Sebastián Elcano, que naufragó solo 26 minutos después de salir de puerto mandando a la mascota al agua. No pintaban bien las cosas, pero peor acabarían.

La Expo no se cansó de repetir la historia de los colores nasales y capilares de Curro: por lo visto, nació de un arcoiris (de ahí el pelo) y, después, al beber agua de un charco donde estaba reflejado, se le quedó la nariz así también. Ya es casualidad, ¿eh? Bajo el disfraz, en las apariciones grandes, estuvo Chelo Vivares, más conocida como Espinete. Puesta a llevar un traje incomodísimo…

Pasó la Expo, y tras ella hubo cientos de muñecos de Curro que se quedaron sin casa donde reposar. Hoy por hoy puede que se hubieran vendido en subasta o por eBay, pero entonces solo había una solución: llevarlos a Alcalá de Guadaira, más concretamente a Romano Antigüedades, donde se apilan esperando que alguien les quiera ofrecer un hogar. ¿Quieres uno? Por 225 euros, puede ser tuyo. Pero no lo acerques a ningún barco, eh. Por si acaso.

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