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La increíble espiral de autodestrucción de Sheila Devil, la hija de Camilo Sesto que antaño fue conocida como “Camilín”

Un Instagram diabólico

La increíble espiral de autodestrucción de Sheila Devil, la hija de Camilo Sesto que antaño fue conocida como “Camilín”
Randy Meeks

Randy Meeks

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En 1964, una banda llamada Los Botines se junta en Madrid para tocar temas de rock como ‘Aleluya surf’ o la entonces tendencia ‘Chico ye-ye’. La intención es igualar el éxito de Los Brincos, pero no les va tan bien. De hecho, en 1966 su cantante se marcha para intentar una infructuosa carrera en solitario y le sustituye un tal Camilo Blanes, gracias a quien salieron en dos películas y grabaron temazos como ‘Eres un vago’. Tres años después, ese tal Blanes sería el ídolo carpetero de toda España y más conocido como… Camilo Sesto.

Nota: Por mera claridad del texto, durante la etapa en la que Sheila Devil fue conocida como Camilo Blanes Jr o “Camilito” le hemos tratado en masculino.

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Después del Quinto y antes del Séstimo

Aunque toda una generación le conozca por el deliciosamente psicotrónico ‘Mola mazo’, Camilo Sesto tiene en su haber auténticas maravillas como ‘Jesucristo Superstar’, ‘Vivir así es morir de amor’ o ‘Sentimiento de amor’. Precisamente esta última llegó a grabarla con un tal Camilo Michael Blanes, más conocido como “Camilito”. O sea, su hija, que actualmente se hace llamar Sheila Devil. Vale, vemos vuestras caras de desconcierto ante el devenir de los acontecimientos. Es mejor que empecemos desde el principio.

Camilo Blanes Jr nace el 24 de noviembre de 1983 de la relación de su padre con su “amiga íntima” Lourdes Ornelas. Pero como todos sabemos por el mundo rosa, Camilo Sesto no era hombre de una sola mujer (ni de una docena, ni de un millar, probablemente): tras la ruptura consiguió la custodia de su vástago y se lo trajo a España, donde pasó toda la adolescencia. “Ya tengo mi hijo, y no quiero ocultarlo ni un segundo, no quiero ocultar lo que es mi felicidad”, comentaba el cantante por aquel entonces. Y claro, como persona pegada a unos bafles y unos instrumentos, a Camilín le creció rápido el ansia por hacer música.

Por el camino, eso sí, padre e hijo se distanciaron y Ornelas aprovechó la ocasión para acercarse a él (según dicen, hasta atosigarlo). Mientras, desde México, la carrera musical de Camilín no terminó de despegar, en parte porque, a pesar del nombre, el muchacho era tímido y reservado. El problema de haber tenido el éxito a tu lado toda tu vida es que no eres capaz de valorarte debidamente y tus logros parecen menos.

Blanes llegó a grabar un disco en 2014 titulado ‘Es lo que siento’ con el récord de tres canciones terminadas en la palabra “Ti” (‘Háblame de ti’, ‘Para llegar a ti’ y ‘Yo sin ti’). Las cosas como son: no es un disco friki al estilo Jesulín de Ubrique o Tamara, sino una continuación del estilo artístico de su padre con una buena voz entrenada. Pero, ya en 2018, sus pocas apariciones en público dejaban ver que no estaba bien de salud, haciendo crecer la preocupación en su ambiente. Un año después, su padre murió, comenzando una espiral de decadencia.

Vivir así es morir

Si ya es difícil lidiar con la muerte de un padre, imagina si ese padre es el cantante más famoso de la historia de un país, las cámaras te siguen a cada sitio al que vas y analizan cada una de tus palabras. Imagina, además, que eres tímidísimo y todo te supera. Agita un poco en una coctelera y disfruta de la mayor resaca de tu vida.

El artista (o hijo de artista, según se elija) tuvo otra oportunidad de relanzar su carrera musical cantando en Viña del Mar, pero decidió rechazarla, además de muchos discos pactados que nunca llegó a grabar porque, según se cuenta, nunca aparecía el día de firmar los contratos. En 2020 lanzó un tributo a su padre llamado, la casualidad, ‘Tributo’, donde la voz se notaba menos entrenada que en el anterior: compararse con su progenitor era arriesgado, pero sale perdiendo en todos los frentes. Sería injusto, de todas maneras, decir que el disco acabó sin pena ni gloria: tuvo mucha más pena que gloria.

A Camilo Blanes Jr, con ocho millones de euros recién heredados, le ofrecieron hacer una serie sobre su padre (y la rechazó) y un musical internacional (que también rechazó). En su lugar, desapareció del mapa por completo hasta que empezó a subir vídeos preocupantes a su Instagram, con un vaso de whisky en la mano y diciendo barbaridades mientras su novia trataba de pararle: cuando su madre se personó en su domicilio, su hijo creía que era “el elegido” para salvar a la humanidad de las garras de Satanás.

A finales de 2021 acabaría ingresado durante cincuenta días en la UCI en el hospital Puerta de Hierro con una afección pulmonar. Los medios, siempre al acecho de la sangre para ir a picar, especularon sobre que era la consecuencia de tres días de fiesta celebrando su cumpleaños, pero la familia aclaró que era la consecuencia de un accidente montando en bici un día de lluvia y que llevaba “un mes alejado de la toxicidad”. Al fin un fiel seguidor de los consejos de Ibai Llanos. Toxicidad fuera, mala vibra fuera.

É un diavolo

Un año después, en noviembre de 2022, anunciaría a su madre y allegados su cambio de sexo: a partir de ahora sería conocida como Sheila Devil, lo que, francamente y a estas alturas de siglo XXI, no es “preocupante”, como muchos medios han definido. Será por cosas preocupantes que elegir en la vida de Devil. La artista ha borrado todas sus fotos de Instagram y ha dejado tan solo las de su identidad actual, subiendo imágenes a un ritmo vertiginoso desde hace dos semanas. Su madre cree que ha entrado en “modo autodestrucción” pero lo cierto es que su nuevo nombre tiene más sentido de lo que parece.

“Sheila” se puede entender como “Música” en irlandés, lo que indica que aún sigue pensando en su carrera y en darle un futuro a la voz y al legado de su padre. Mientras, para dar una supuesta imagen de normalidad (que ha intranquilizado todavía más a la familia), Sheila se dio un paseo en monopatín cerca de su casa en Torrelodones indicando que se encontraba “de maravilla”. Por lo visto, su madre le encontró a finales de abril junto a Christina Rapado (con quien tiene una relación de amistad rarísima) desnudo en la cocina, con cristales por el suelo y la caja de seguridad donde guarda los objetos de valor de su padre abierta. De maravilla-maravilla puede que no esté.

En su Instagram se puede ver su nuevo look, en el que presume de falta de dientes y, al menos (eso sí) está sonriente. ¿A dónde va a llevar la vida de la hija de Camilo Sesto? ¿Habrá parada para esta espiral? Mucho nos tememos que aún no ha tocado fondo.

Randy Meeks

Randy Meeks

Redactor especializado en cultura pop que te escribe en webs, revistas, libros, redes sociales, guiones, cuadernos y servilletas si no hay más sitios donde dar la chapa

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