Podríamos hacer una porra por ver cuándo Cecilio G volverá a la cárcel, y seguramente nos sorprendería a todos. El trapero catalán que ya estuvo en prisión en 2018 por un incidente en el metro en 2015 —tenía antecedentes por robo con fuerza en 2013—. Y, desde entonces, no ha dejado de liarla.
Apenas hace un año que el cantante agredió a varios guardias de seguridad en el Festival Sónar al que fue invitado, y hace un par de semanas se hizo un viral un vídeo suyo en Lloret de Mar increpando a los candidatos de Vox para las elecciones municipales. Ahora, ha vuelto a liarla muchísimo, aunque esta vez fuera de su casa: concretamente, en Sevilla.
Una nueva detención a Cecilio G
Tal y como podemos ver en un vídeo de Twitter que se ha hecho viral, el trapero ha sido detenido en la capital de Andalucía después de agredir a un agente que estaba fuera de servicio. ¿El motivo? El hombre le llamó la atención por estar haciendo un graffiti en público. El cantante no solo no cesó la actividad, sino que se abalanzó a por el policía.
Todo ocurrió la noche del pasado domingo, en la avenida Miraflores de Sevilla. Cecilio G estaba pintando un graffiti en la pared de un edificio cuando un policía nacional que paseaba por el lugar le llamó la atención. El policía estaba fuera de servicio y paseaba con su mujer tranquilamente. Al ver a Cecilio G, le dijo que parara. El cantante se negó y se puso agresivo, momento en el cual el policía sacó su placa y se identificó.
Según lo recogido por la prensa, Cecilio G quiso abandonar el lugar con actitud agresiva, pero el policía fuera de servicio le bloqueó el paso y pidió que esperara a sus compañeros, a los cuales había advertido. En ese momento, Cecilio G se agarró a su camiseta y estuvo a punto de rompérsela. También le gritó, según el informe judicial: “¿Quién cojones eres tú? ¡Eres un mierda! ¡Quítate de en medio!”.
Finalmente, Cecilio G comenzó a golpear varios puñetazos al agente, que impactaron en su cara. No obstante, el policía consiguió derribarlo, generándole una herida en la frente tras el golpe. La cosa fue a más con varios forcejeos por parte del trapero, e incluso llegó a morder al policía en el brazo. Pero finalmente llegó la Policía Nacional y, tras el cacheo preventivo en el que le quitaron cinco botes de pintura, se lo llevaron a comisaría.
Esta última intervención podría ser clave para un posterior juicio del trapero. Ya son muchos los problemas que ha tenido con la justicia y cada vez va a más, lo que sin duda lo deja como un sujeto peligroso al que podría acabársele pronto la fiesta.
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