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Rock, sexo y kalimotxo: 8 canciones que definieron el rock de los 80 y 90 frente a la Movida Madrileña

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Rock, sexo y kalimotxo: 8 canciones que definieron el rock de los 80 y 90 frente a la Movida Madrileña
Randy Meeks

Randy Meeks

Las batallas las cuentan las vencedores. Las culturales también. Hemos tenido centenas de libros y películas sobre la Movida Madrileña, explicando sus dimes y diretes: Alaska, Pedro Almodóvar, McNamara y compañía han copado titulares cada vez que toca hablar de transgresión, como si no hubieran estado apoyados por las televisiones desde el primer momento. Y sin embargo, la música que se bailaba en gran parte del resto de España no tenía nada que ver con maquillajes estratosféricos y ‘La bola de cristal’, sino con dos guitarras, un bajo y una batería.

El rock español pasó por su momento de gloria en los años 80 y 90 como antítesis del pop. Más allá de Loquillos y Ramoncines, los rockeros españoles no querían copiar a los clásicos americanos y su look era el de una persona por la que te cambiarías de acera si la vieras por la noche en un callejón oscuro: camiseta de tirantes, pelos largos y actitud punk, aunque las letras hablaran de amor y desesperanza. Si no viviste esa época y aún crees que el epítome de la modernidad fueron los Pegamoides, te presentamos ocho canciones de rock español que no definen necesariamente a los grupos, pero explican la rabia que en España sobrevolaba por debajo de cualquier medio de comunicación por aquel entonces. ¡Cuernos, kalimotxo y guitarreo!

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‘Un ABC sin letras’ – Platero y tú

Fito Cabrales ha dedicado su adultez a cantar coplas al ‘Soldadito marinero’ acompañado de los Fitipaldis, pero en 1990 estrenaba con sus amigos un pequeño disco de diez canciones titulado ‘Burrock & roll’ que se abría con una declaración de intenciones. Fito tenía 24 años y ganas de revolucionar la música dejando claro que ellos no eran como los demás: “Tengo dos dedos de frente y nunca uso los dos / Y ando paseando por la calle mi mala reputación”. Diez años después, la despedida de Platero y Tú por la espalda y en la última página de un periódico traumatizó a toda una generación que aún espera una gira de reunión que jamás llegará.

‘Estado policial’ – Extremoduro

Antes de que Robe se acomodara y llegaran su ‘Vereda de la puerta de atrás’ o sus canciones sinfónicas en ‘La ley innata’ y ‘Material defectuoso’, sus primeros discos eran descargas de rabia que mezclaba el desamor con el sexo, la poesía o, por qué no, sus ataques contra la autoridad. A sus treinta años y cinco después de haber fundado Extremoduro, el grupo lanzó su tercer LP, ‘Deltoya’, que, entre himnos a la concordia (‘Ama, ama, ama y ensancha el alma’) y canciones de amor truncadas como ‘Sol de invierno’, se arrancaba con uno de esos temas que jamás podrían haber sonado en la movida: ‘Estado policial’ es el Extremoduro más basto, ese que solo podría haber salido en el underground de los 90 y al que le daba igual las consecuencias de sus canciones. Letras como “Pincho las arruedas de los coches policía, pongo un par de bombas en cada comisaría” aún impresionan por lo crudo ahora mismo.

‘Barrio conflictivo’ – Barricada

Enrique Villareal, ‘El Drogas’ (más conocido hoy por hoy gracias al meme en el que reconoce haber tomado sustancias psicotrópicas) acababa de llegar de la mili a sus veinte años y su vida en Chantrea, el barrio pamplonés donde la pelea con la policía, las detenciones, las manifestaciones y los arrestos eran el pan de cada día, le hizo montar un grupo para contar su realidad. Barricada es, quizá, el epítome del rock vasco de los 80 y 90, que en 1985 y bajo la producción del mismísimo Rosendo, creó ‘Barrio conflictivo’, un tema que a pura guitarra contaba todo aquello de lo que nadie hablaba. “La tortura en los interrogatorios. Agresiones, angustias y dolor. La Txantrea pesadilla siniestra, eres la culpable de querer vivir en paz” marcó los inicios de un grupo que nunca dejaría de reivindicar los derechos sociales y la necesidad de entender el pasado (antes de meterse en broncas internas). Una maravilla.

‘Maneras de vivir’ – Leño

Ya que le hemos nombrado, Rosendo Mercado es el abuelo del rock español, y eso teniendo en cuenta que la gran mayoría de los grupos se movían por la parte de arriba de la península. En el centro estaba La Movida, que a él no le interesaba en absoluto. Quizá por eso, entre tanto glam, lanzó con Leño ‘Este Madrid‘ (“Es una mierda este Madrid que ni las ratas pueden vivir”) como previa a la canción que lo cambió todo, el himno más importante del rock en español: ‘Maneras de vivir’. Si cuando alguien canta “No pienses que estoy muy triste” no contestas “Si no me ves sonreir” no podemos ser amigos.

‘El Congreso de Ratones’ – La Polla Records

Evaristo tenía 19 años cuando se subió por primera vez a un escenario a cantar sus burradas punk. La Polla Records disparó durante 24 años (y un pequeño revival en 2019) contra todo, incluyendo, claro, La Movida: la canción ‘Herpes, talco y tecno-pop’, como sustituta del lema “Sexo, droga y rock & roll”, da buena cuenta de ello. Sin embargo, en un diálogo con la actualidad, tenemos que escoger ‘El Congreso de Ratones’, que en 1985 cerraba su segundo disco, ‘Revolución’, y que años después sería versioneada por Estopa en algunos conciertos, demostrando que, en el fondo, no somos nada: “Camuflando en democracia este fascismo porque aquí siempre mandan los mismos”. El día que la Gen Z descubra a La Polla Records se vienen bailes muy raros en TikTok.

‘Aprendiendo a luchar’ – Reincidentes

Reincidentes nació de la pura casualidad y de la revuelta estudiantil en Sevilla, en un momento en el que sentían que la música era un elemento más de apoyo al poder y solo los cantautores y algunos grupos de rock llegaban a ser algo más. Fernando Medina, con 20 años, fundó un grupo que ha cumplido ya 35 girando por el país con himnos como ‘Vicio’ o este ‘Aprendiendo a luchar’ que, en el fondo, parecían cantarse a ellos mismos en su segundo disco de 1991, ‘Ni un paso atrás’: “¿Dónde estudias, dónde curras, o en una ocupación? Contra el reino del cipote, del dinero y de la cruz”. Ahora nos puede parecer casi un perrenque infantil, pero a inicios de los 90 arrasaron en el País Vasco y no tardaron en sacar discos sin parar (y, a diferencia de otros de estos grupos, sin perder ni un poquito de su ADN por el camino).

‘Sarri, sarri’ – Kortatu

No deja de ser curioso que una de las pocas canciones en euskera (siendo la otra, quizá, ‘Ilargia’, de Ken Zazpi) que suena más allá de sus fronteras sea una que celebra la fuga de la cárcel de Piti y Sarri, dos etarras que escaparon de la prisión de Martutene en 1985. Ese mismo año, y sobre la música de la canción ‘Chatty Chatty’, Fermín Muguruza y los suyos hicieron un retrato cómico sobre lo que acababa de pasar (“Hoy andaban los de la radio emitiendo en directo que comerían paella, y Piti y Sarri, delante de sus narices, andaban tramándola sin que se dieran cuenta”). Años después se usó como punta de lanza contra Muguruza, pero no llevó a nada. De hecho, aún se pone en bodas de gente que no sabe lo que está bailando. Por suerte.

‘Nos quieren detener’ – Boikot

Antes de que Boikot, el grupo creado en 1987 con influencias ska, se dedicara a un tipo de rock más solidario y vanguardista, le dio tiempo a lanzar canciones como ‘Eskeletos radiaktivos’, ‘Serrindemadriz’ o ‘Karraskal’. Pero al borde de su cambio de estilo en 2002, el grupo salió con un tema como era habitual en ellos: corto, al pie y sin dejar testigos. Entre himnos y trilogías de discos dedicadas al Che Guevara y reivindicaciones casi de manifestaciones en ‘Pueblos’ se escondía una pequeña canción que hablaba contra las detenciones ilegales y cómo desde la clase media se hacía la vista gorda. ¿Queríais música contra la Movida? Boikot eran madrileños y no lo podían dejar más claro: “Y burgués, tú nunca entenderás, los problemas de la calle no son de los demás”.

Podríamos seguir aquí durante largas horas, videoclips, análisis del ‘Juliette’ de Platero y tú o de los discos de Barón Rojo o incluso preguntarnos si Def Con Dos merecería estar aquí. Lo que está claro es que, tal y como se vende hoy por hoy, parece como si el rock reivindicativo nunca hubiera pasado de la anécdota a pie de página, un movimiento suburbano entre la Movida y el “sonido Donosti”. Pero lo cierto es que hubo cientos de grupos que modelaron a toda una generación y a los que apenas se recuerda.

Manolo Kabezabolo, Siniestro Total, Asfalto, Triana, Obús, Mago de Oz, Cicatriz, Tijuana in Blue, Negu Gorriak y muchos otros encontraron un pequeño refugio fuera de lo audiovisual en una televisión que protegía a ciertos grupos y aniquilaba otros: fue momento de conciertos y tiendas Tipo en un momento en el que, antes de las redes sociales, esta era la mejor manera de indignarse. Guitarras, batería, pogo y gritos: ¿Para cuándo una serie al estilo de ‘La ruta’?

Randy Meeks

Randy Meeks

Redactor especializado en cultura pop que te escribe en webs, revistas, libros, redes sociales, guiones, cuadernos y servilletas si no hay más sitios donde dar la chapa

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