El viernes lo echaron a la calle. El domingo Microsoft anunció que lo fichaba como líder de su departamento de IA, el lunes desata una rebelión en Open AI a su favor. El martes por la noche lo vuelven a nombrar CEO. Sam Altman, el superviviente.
Como ha informado a primera hora de la mañana el The New York Times, Sam Altman ha sido restituido como director ejecutivo de OpenAI, como CEO, revirtiendo con éxito su destitución por el consejo de administración de la empresa la semana pasada tras una campaña llevada a cabo por sus aliados, empleados e inversores, según informó la empresa.
El consejo se rehará sin varios miembros que se habían opuesto a Sam Altman. Es decir, los que propiciaron su caída, serán expulsados.
La vuelta del hijo pródigo: Sam vuelve como un rey a OpenAI
“Hemos llegado a un acuerdo de principio para que Sam regrese a OpenAI como consejero delegado con un nuevo consejo inicial formado por Bret Taylor (presidente), Larry Summers y Adam D’Angelo”, dijo OpenAI en un post en Twitter. “Estamos colaborando para concretar los detalles. Muchas gracias por vuestra paciencia”.
El regreso del Sam Altman y la posible remodelación de la junta, coronó una semana que ha puesto patas arriba OpenAI, el fabricante del chatbot ChatGPT y una de las empresas de inteligencia artificial de más alto perfil del mundo.
“Me encanta OpenAI, y todo lo que he hecho en los últimos días ha sido para mantener unido a este equipo y su misión”, dijo Altman en un post en X. “Con el nuevo consejo y el apoyo de Microsoft, estoy deseando volver a OpenAI y construir sobre nuestra sólida asociación con MSIft”.
Personas familiarizadas con las negociaciones dicen que el principal trabajo de esta pequeña junta inicial es examinar y nombrar una junta ampliada de hasta 9 personas que reajustará la gobernanza de OpenAI.
Microsoft, que ha invertido más de 10.000 millones de dólares en la empresa, quiere tener un puesto en ese consejo ampliado, al igual que el propio Altman. Durante una gira de prensa esta semana, el CEO Satya Nadella dijo que la compañía no quería más “sorpresas”.
Todas las partes clave han publicado sobre el acuerdo para el regreso de Altman, que, según nos han dicho, es un acuerdo cerrado a excepción de algunos trámites de última hora. En Twitter, dijo que “todo lo que he hecho en los últimos días ha sido para mantener unido a este equipo y su misión”.
Historia de una destitución exprés
La junta de OpenAI sorprendió al Sr. Altman y a los empleados de la empresa el viernes por la tarde cuando le comunicó su salida. Greg Brockman, presidente de la empresa y cofundador de la misma junto con Altman y otros, dimitió en señal de protesta.
La destitución puso en marcha los esfuerzos de Altman, de 38 años, sus aliados en la industria de la tecnología y los empleados de OpenAI para obligar a la junta de la compañía a traerlo de vuelta. El domingo por la noche, después de un fin de semana de negociaciones, el consejo dijo que iba a mantener su decisión.
Pero horas más tarde, Microsoft, el mayor inversor de OpenAI, anunció que Altman, Brockman y otros se unirían a la empresa para crear un nuevo laboratorio de inteligencia artificial avanzada.
Casi todos los empleados de OpenAI (más de 700) firmaron una carta en la que comunicaban a la junta directiva que se marcharían y seguirían a Altman a Microsoft si no era readmitido, poniendo en peligro el futuro de la empresa.
Ahora hemos sabido que, antes de la destitución de Altman, el consejo de OpenAI estaba dividido y enfrentado. Sam Altman atacó a un miembro por un trabajo de investigación en el que se hablaba de la empresa, mientras que los directores discrepaban sobre quién debía cubrir las vacantes del consejo abiertas desde hacía meses.
Es posible que, en el futuro, veamos cómo Sam Altman utilizó este momento complicado en su carrera para reiniciar OpenAI tal y como siempre quiso, recuperando su puesto y ganando más poder que nunca dentro de la empresa.
