Sí, las inteligencias artificiales han llegado para “ponerlo todo patas arriba”. Es un hecho. En muy poco tiempo, las IA se han desarrollado tanto que ya son capaces de escribir guiones de películas, discursos políticos o incluso tus trabajos de clase. Y, mientras que aún tienen sus “pequeños problemas” y limitaciones, lo cierto es que las inteligencias artificiales solo irán a más y mejor con el tiempo, queramos o no. Pero ¿cómo de “mejor”?
Como ya recogimos hace unos meses, una de las principales preocupaciones que existen actualmente en el mundo laboral es que las IA lleguen a un punto de su desarrollo en el que sean igual o incluso más eficaces y eficientes que los trabajadores de carne y hueso. Un escenario inquietante que parece confirmar, al menos parcialmente, un nuevo estudio realizado por la Universidad de Pensilvania y por OpenAI, los padres del chatbot de texto más utilizado en todo el mundo: ChatGPT.
Tras llevar a cabo una investigación conjunta, la institución y la empresa de software afirman que el 80% de la población activa estadounidense podría perder el 10% de su carga laboral debido a la introducción en sus empresas de ChatGPT o chatbots con un propósito similar. Además, descubrieron que al menos el 50% de las tareas de cerca del 19% de los trabajadores peligraría por las tecnologías de generación de texto.
También hallaron que el avance de las IA acabaría afectando a casi todos los sectores, destacándose los empleos con mayores ingresos, que estarían mucho más expuestos a los chatbots debido al ahorro que supondría la sustitución (al menos parcial) de sus funciones por una IA.
Los investigadores aclaran que no pretenden afirmar que las tareas de los trabajadores con mayor “exposición” (cuya carga laboral se pueda reducir al menos un 50% con una IA) queden totalmente automatizadas por las IA, sino que serviría (en teoría) para ahorrar a los trabajadores “una cantidad significativa de tiempo en la realización de una gran parte de sus tareas”.
Según el estudio, mientras que algunos de los trabajos con mayor exposición son los escritores, los autores, los matemáticos, los intérpretes, los contables y los secretarios jurídicos, aquellos que no tienen exposición alguna son los soladores, los empaquetadores de carne, los mineros, los técnicos de mantenimiento de vías férreas, los cocineros y los mecánicos, entre otros.
En un hilo de Twitter, una de las investigadoras de OpenAI, Pamela Mishkin, destacaba lo siguiente sobre el estudio: “Los GPT actuales pueden hacer mucho. En los últimos años las hemos visto mejorar cada vez más en la resolución de tareas cada vez más complejas con cada vez menos ejemplos de tareas cada vez menos relacionadas. El artículo examina esta tendencia, no ningún modelo concreto disponible en la actualidad“.
¿Qué acabará ocurriendo? Aunque los investigadores han matizado que esto “puede ahorrar tiempo a los trabajadores”, la cruda realidad es que muchos empresarios utilizarán esta reducción de tiempo en su beneficio y en perjuicio de los trabajadores, ya sea con una mayor carga laboral o una reducción de su salario. Y todo esto si directamente no reducen sus plantillas para poner en su lugar a un chatbot, aunque la calidad del trabajo fuese menor.
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