“Oye, sé que hace mucho que no hablamos, pero te quería pedir una cosa… ¿me podrías dejar tu contraseña de Netflix?“. Una y otra vez, frases como esta han llenado las bandejas de entradas de los suscriptores de Netflix durante los últimos años. Amigos del pasado, exnovios o familiares muy lejanos se acercaban a los suscriptores como los osos a la miel. El objetivo: poder disfrutar gratis de la plataforma.
Con la nueva política de Netflix, que ya no permite compartir contraseñas entre usuarios para poder ganar en rentabilidad, se ha acabado una época. Una época de personas con cara dura que querían aprovecharse de los suscriptores, sí, pero también unos años que recordaremos por el surrealismo de algunas de las relaciones que hemos creado como suscriptores a la plataforma.
Adiós a las cuentas compartidas de Netflix
Cuando llegó la pandemia del COVID-19 y tuvimos que quedarnos encerrados en casa durante meses, las suscripciones a Netflix crecieron como la espuma. El motivo estaba claro: con tantísimo tiempo libre y sin nada que hacer, contar con un catálogo de series y películas era lo que salvaba a mucha gente de la desesperación.
Sin embargo, después del atracón de suscripciones de 2020, 2021 fue un año más flojo para Netflix, y en 2022 “tan solo” agregó 9 millones de cuentas nuevas, llegando a las 231 en todo el globo. Pero la plataforma no es lo suficientemente rentable, según la propia compañía, como debería serlo. Y esto está provocando que añadan la nueva política del uso compartido de cuentas.
Según Bob Iger, CEO de Disney, esto se debe a que las plataformas estaban en una carrera por añadir el máximo número de suscriptores posibles. Pero ahora que se ha llevado a una curva más continuada, su enfoque es distinto: sacar la máxima rentabilidad de los suscriptores que ya poseen.
La política de contraseñas se integrará en todo el mundo, aunque ha comenzado en España, Portugal, Nueva Zelanda y países de América Latina. Muchos están aprovechando la ocasión para darse de baja, utilizando el hashtag en redes #AdiósNetflix. Además, el hecho de que vengamos de un receso de la calidad de sus ficciones y de cancelaciones de series tan seguidas ha provocado que muchos tomen esta decisión como gota que ha colmado el vaso.
Pero el uso compartido de cuentas no solo era una forma de aprovecharse para pagar menos, sino que también ha provocado decenas de historias alrededor de la plataforma que ahora quedarán en el aire. Historias de todo tipo, tanto agrias como dulces, que reflejan una época que quedará en el pasado.
Una nueva forma de ver Netflix
Como suscriptor de Netflix, estabas inmerso en una experiencia compartida. Desde tu suscripción podías ver cómo tus padres se habían dado un atracón a una serie turca. O cómo tu amigo, que una vez te pidió la contraseña y nunca se salió de tu cuenta, había visto la última de Adam Sandler. Se conformaba una experiencia compartida que creaba un patrón de conversación, de manera similar al programa británico Gogglebox, en el que los televidentes son grabados en sus salones mientras ven la TV.
El cúlmen de este fenómeno se ha dado en las relaciones. Podías bloquear a tu ex de Instagram, Twitter y WhatsApp para no verlo/a nunca más. Pero si tenía tu contraseña, podías ver cómo había visto El Diario de Noa por San Valentín. Sin ti. Y una lágrima caería en el sofá mientras te preguntas por qué sigue teniendo tu contraseña… Perdón, demasiado específico.
Sea como sea, la relación también funcionaba a la inversa. No son pocos los amigos que han surgido por compartir la contraseña de una misma cuenta de Netflix. Amigos de los que pronto sabes más de lo que creías, porque sabes a la perfección sus gustos cinéfilos y sus series favoritas.
Con la nueva política de la plataforma, no solo se acabará con gorrones y personas que quieren ahorrarse dineros, sino también con la experiencia compartida de usar (y no solo ver) Netflix. De hacer que la plataforma tenga vida más allá de tu pantalla.
Como ocurría con la televisión por cable, en la que los vecinos se ayudaban unos a otros a acceder al máximo contenido posible audiovisual, con Netflix surgieron relaciones basadas en compartir cuentas. Esta época se acaba para dar paso a otra mucho más fría y aburrida en el uso del servicio de streaming. Pero siempre nos quedará echar la vista atrás y recordar esta época con nostalgia.
