En la era del streaming, con tantas series y películas estrenándose día tras día, hay tanto material audiovisual actual que en ocasiones suceden fenómenos que parecen hechos por arte de magia. Uno de ellos es la predicción de sucesos que van ocurrir, algo de lo que Los Simpson son especialistas pero que, si buscamos, pasa con cada vez más asiduidad.
La última gran casualidad de este estilo tiene que ver con el accidente que ocurrió el pasado 3 de febrero en Ohio y del que se están haciendo eco los medios de todo el mundo. Al parecer, la película White Noise de Netflix, dirigida por Noah Baumbach (Historia de un matrimonio) y protagonizada por Adam Driver y Greta Gerwig, anunció el desastre antes de que ocurriera.
Una catástrofe sin precedentes
El incidente ocurrió cuando un tren de Norfolk Southern, uno de los principales operadores ferroviarios de Estados Unidos, descarriló y explotó en la línea que separa el estado de Ohio con Pensilvania, cerca de una población de unos 5.000 habitantes llamada East Palestine.
En el accidente, más de cincuenta vagones, la mitad del largo tren, quedaron completamente sumidos en las llamas. La quinta parte del tren transportaba un material muy tóxico, cancerígeno y peligroso que se utiliza normalmente para fabricar PVC: el cloruro de vinilo. Hasta catorce contenedores llevaban esta sustancia. Así que por miedo de lo que podría suponer el accidente, hicieron explotar los vagones “de manera controlada”, lo que generó una gran nube tóxica que derivó en lluvias ácidas los siguientes días.
Los siguientes días se anunciaron más productos químicos que transportaba el tren, como acrilato de butilo y residuos de benceno, lo que ha convertido el accidente en uno de los mayores desastres medioambientales de EEUU en los últimos años.
White Noise: la película que lo predijo todo
Pero lo más curioso ha ocurrido al descubrir que, como anunciábamos, una película de Netflix “anunció” este terrible accidente hace apenas dos meses. Se trata de la película White Noise, y su premisa es la siguiente:
“Un accidente industrial causa un terrible incidente medioambiental en una bucólica ciudad del medio-oeste americano, cubriéndola en una nube tóxica. Jack, un profesor universitario que ha vivido rodeado del ruido blanco de la alta tecnología, las señales electromagnéticas y el consumismo, se ve obligado a enfrentarse a su propia mortalidad”.
De este modo, la catástrofe medioambiental obliga a que los protagonistas tengan que abandonar sus casas y no solo se enfrenten al desastre, sino también a sus propios miedos individuales que pueden trascender en las vidas de los demás. Se trata, por tanto, de una obra más introspectiva que utiliza el desastre como telón de fondo para hacer aflorar las emociones de los protagonistas.
Pues bien, más allá de la sinopsis, el accidente al que apuntan es el descarrilamiento de un tren que ocasiona una gran catástrofe medioambiental por el material peligroso que transporta. Pero lo más impresionante es que el rodaje tuvo lugar en East Palestine, precisamente la pequeña localización en la que se han producido estos hechos. Tal y como ha afirmado en la CNN el actor Ben Ratner, que participó en el filme, “la primera parte de la película es exactamente igual que lo que está sucediendo ahora“.
Teniendo en cuenta que se trata de una población muy pequeña en mitad de un lugar prácticamente desértico y lejos de grandes ciudades, la casualidad se agranda cada vez más. Quizás se debe a que es una ruta habitual para trenes con mercancías de este estilo, pero no deja de ser sorprendente.
La idea de la película, aun así, no es original del director. Está basada en un libro escrito por Don DeLillo en 1985, que ganó el Premio Nacional del Libro de Ficción de Estados Unidos, y de hecho la película está ambientada en el pasado. DeLillo, además, es conocido por escribir libros “proféticos” sobre sucesos de este tipo. El trabajo del escritor está lleno de desastres de este tipo, críticas hacia el futuro de la sociedad y reflexiones de la tecnología. Esto ha provocado que en más de una ocasión sus textos hayan acabado derivando en “casualidades” futuras.
Según Baumbach, la idea de hacer una adaptación cinematográfica de este libro le llegó después de releerlo durante los primeros meses del 2020, en mitad de unas vacaciones. Semanas más tarde, la pandemia del Covid invadió el mundo entero y, mientras estaba en cuarentena, todo comenzó a tomar forma de manera lenta.
