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Vivimos en el Día de la Marmota de los videojuegos: la originalidad está sobrevalorada

De 'Resident Evil 4' a 'The last of us': más de lo mismo todo el rato

Vivimos en el Día de la Marmota de los videojuegos: la originalidad está sobrevalorada
Randy Meeks

Randy Meeks

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Tú también lo has notado. Por más que intentes evitar la sensación de deja vu vives en un continuo Día de la Marmota creativo: no solo los videojuegos, los libros y las películas populares se parecen cada vez más entre ellos, dejando vía libre a los algoritmos para crear lo que el público aparentemente quiere consumir y utilizando la mano humana solo como ejecutora… sino que, además, los productos más vendidos son remakes. ¿Te gustó este plato? Pues no te vamos a dar variaciones de la receta: te vamos a dar exactamente lo mismo. Una y otra vez. Y lo que es mejor: vas a acabar pidiendo más.

Resident Evil 4 Descarga
Remasterización de Resident Evil 4

Detrás de ti, imbécil

Las redes sociales se deshicieron hace muy poco en elogios hacia ‘Resident Evil 4’, la nueva versión del juego de 2005 que alargaba y cambiaba la trama lo suficiente (pero sin grandes locuras) dando un motivo más para volver a acercarse a esa España zombificada. Los gráficos impresionan, el gameplay se ha mejorado, pero, al final, no deja de ser la cuarta entrega de ‘Resident Evil’ otra vez, una saga acostumbrada a que cada pocos años sus juegos vuelvan a lanzarse en tantas consolas como se pueda.

Al fin y al cabo es preferible un remake de ‘Resident Evil 4’ que padecer el Día de la Marmota continuo con el que, durante años, nos amenazó Nintendo: ¿O es que no recordamos el fiasco de ‘Mario 3D All-Stars’ que dejaba los juegos tal cual salieron en Nintendo 64 o GameCube y los cobraba a precio de novedad? Por suerte, la gran N aprende de sus errores (a veces): ‘Metroid Prime Remastered’ o ‘Kirby’s Return to Dreamland’ son dos de los mejores juegos del año, en parte porque ya fueron dos de los mejores juegos de 2002 y 2011, respectivamente.

Los ejemplos se pueden contar por decenas: ‘Dead Space’, ‘Lollipop Chainsaw’, ‘Bayonetta’, ‘The Witcher’ o ‘Max Payne’ ya han aparecido o lo harán en los próximos meses. Hay tres motivos principales para estos retornos inesperados. El primero, sirve como metadona para el fan ante la lentitud mortecina de los desarrollos actuales, que hacen que un juego pueda crearse durante más de una década. El segundo, es útil para comprobar el interés del público ante sagas ya olvidadas de cara a lanzar una nueva entrega. El tercero y más importante, dan mucho dinero con un esfuerzo que a veces roza el mínimo más absoluto. Lo importante es lo importante.

También es cierto que esto ocurre desde el inicio de las consolas: el mismísimo ‘Mario Bros’, en su versión arcade, tuvo un remake con gameplay y gráficos mejorados para NES en 1988 y el ‘Dragon Quest’ de NES apareció siete años después en SNES con algunas de sus mecánicas mejoradas. El remake es parte del ADN de los videojuegos, pero no podemos negar que algunos de estos son francamente ridículos… Y que en los últimos años la producción se ha multiplicado por veinte: ¿En cuántas consolas podemos jugar ‘Skyrim’ ahora mismo?

Lo mismo, otra vez, en todas partes

Por supuesto que hay remakes útiles, que sirven para dar a conocer juegos clásicos a una nueva generación tocando lo justo para que sigan sintiéndose originales pero sin dejar de lado el toque retro. ‘Monkey Island’, por ejemplo, o el futuro ‘Alone in the dark’, son ejemplos perfectos de que la jugabilidad moderna y unos gráficos retocados pueden ayudar a recuperar joyas del pasado. Sin embargo, no todas necesitan ser recuperadas.

¿Necesitaba ‘Life is Strange’ un remake en 2023? ¡El juego es de 2015! ¿Era necesario que PlayStation 5 tuviera su ‘The last of us, part I’ cuando el original aún está fresco? Todos los remakes que se desarrollen (desde la versión remasterizada de ‘Alan Wake’ hasta las ya habituales versiones de ‘Pokémon’) es tiempo que se roba a otras producciones más originales, secuelas capaces de innovar y contar una nueva historia: acomodan al jugador en un continuo estado de letargo y nostalgia que no hace ningún bien a nadie.

Una cosa es que un nuevo juego se inspire en uno anterior y lo reimagine para un nuevo público, como pasó en 2009 con el fabuloso ‘A boy and his blob’ o esa historia alternativa que fue ‘Dead Rising 2: Off the record’. Tiene sentido, es creativo, apetece ver lo que se ha creado desde el amor. Un remake, por más que mejore las expresiones faciales y cambie unos diálogos, nunca será tan interesante como un juego nuevo.

Vivimos en un mundo con acceso a todo. Literalmente. No hay juego al que no podamos jugar, desde el clásico ‘Arkanoid’ hasta el más moderno ‘Dead Island 2’. Y claro que a veces apetece volver a ‘Resident Evil 4’ o ‘Goldeneye 007’, pero es inevitable que, como jugadores, sintamos que somos la vaca a la que nunca pararán de exprimir una y otra vez dándonos exactamente lo que ya saben que funciona.

Y esto es algo que solo ocurre en el mundo de los juegos. ¿Cómo nos sentiríamos si mañana volvieran a hacer ‘Iron Man 3’ o reescribieran ‘Canción de hielo y fuego’? ¿Nos gustaría un remake de ‘Friends’ añadiendo chistes más modernos? Entonces, ¿por qué en los videojuegos está tan aceptado vivir la misma experiencia una y otra vez? Hay que darle un par de vueltas: ¿Realmente este es el futuro que queremos para una industria en plena burbuja -a priori- sin visos de explotar? Esperemos que no.

Randy Meeks

Randy Meeks

Redactor especializado en cultura pop que te escribe en webs, revistas, libros, redes sociales, guiones, cuadernos y servilletas si no hay más sitios donde dar la chapa

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