Indiana Jones y el Dial del Destino, la próxima gran aventura de Indy en la que volverá Harrison Ford al personaje a sus ochenta años, llegará el próximo 30 de junio a los cines de todo el mundo. La cinta ya se ha estrenado en el Festival de Cannes y ha cosechado críticas mixtas, y por lo que parece quiere poner el punto final a la historia del arqueólogo más famoso de la historia.
Sin embargo, esta cinta de Indiana Jones será distinta a las anteriores, ya que hay un factor diferencial que hace que cambie su perspectiva: el director no es el mismo. Hasta ahora, la saga Indiana Jones no se entendía sin Steven Spielberg a los mandos, pero en esta ocasión ha cambiado la batuta por James Mangold, director de Logan y Le Mans ’66 (Ford v Ferrari).
El porqué de este cambio se debe a que a Spielberg no acababa de convencerle el guión, pero el propio director cree que ha hecho bien en dejar a Mangold al cargo, ya que a su parecer es el único que podría dirigir una cinta de Indy de no ser él. Pero esto ha llevado al fin de una historia muy curiosa sobre por qué Spielberg dirigió la primera cinta del arqueólogo.

Indiana Jones surgió del rechazo
Así como lo leéis: Indiana Jones surgió del rechazo. Uno de los sueños del joven Spielberg era dirigir una película de 007. El cineasta era fan del espía desde su concepción en cine y soñaba con hacer la película perfecta sobre James Bond. Y, tal y como recoge Digital Spy de una entrevista para Radio BBC 2, hasta en dos ocasiones intentó hacerse con la franquicia:
“Llamé a Cubby Broccoli [el productor] dos veces. Después de Tiburón, que fue un éxito tan grande, pensé: ‘Oye, ahora me dejarán hasta hacerme cargo del corte final‘. Llamé a Cubby y le ofrecí mis servicios, pero no pensó que fuese el adecuado para el cargo. Después, salió Encuentros en la tercera fase y de nuevo fue un éxito. Traté de meterme en una película de Bond y ellos aún creían que no era adecuado para el cargo. Lo intenté dos veces y ahora no pueden permitirse contar conmigo. Así que Barbara Broccoli, olvídalo”.

La entrevista llegó en 2016, cuando sonaba como posible director de 007. Pero está claro que supo labrarse su venganza. Y, en realidad, le fue hasta bien, porque el rechazo de James Bond le abrió las puertas de Indiana Jones. El director se quedó con la esquinita clavada y se lo contó a George Lucas, uno de sus mejores amigos en la industria que, en ese momento, acababa de petarlo por todo lo alto con Star Wars. Y Lucas le dijo la frase perfecta que necesitaba en ese momento: “Yo tengo a James Bond, pero mucho mejor“.
Así, con esta simple premisa, nació Indiana Jones. Lucas había trabajado en el concepto de un arqueólogo que se va de aventuras por todo el mundo mientras mata nazis, y la idea conquistó tanto a Spielberg que no pudo decir que no. Así, juntos crearon a su propio James Bond… pero mucho mejor.
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