Microsoft ha obtenido la aprobación de la Unión Europea (UE) para su adquisición de Activision Blizzard por 69 mil millones de dólares. Sí, después de que el organismo inglés dijese que no, ahora el europeo dice que sí.
El acuerdo, anunciado en enero del pasado año, se ha enfrentado al escrutinio de los reguladores de medio mundo debido a la posición dominante de Microsoft en la industria de los videojuegos.
Sin embargo, tras una exhaustiva revisión, la Unión Europea ha dado luz verde a esta importante transacción. Es el primer visto bueno que recibe Microsoft y, casi el más importante con permiso del regulador americano.
¿En qué consiste el acuerdo entre Microsoft y Activision Blizzard?
El acuerdo de adquisición de Microsoft con Activision Blizzard ha sido un tema de gran interés en la industria de los videojuegos y la tecnología. Al principio se dio que estaba hecho… luego vinieron los problemas.
Y la aprobación de la UE es un hito significativo para ambas compañías y puede tener implicaciones importantes para el futuro del sector inclinando la balanza a su favor.
En enero de 2022, Microsoft anunció su intención de adquirir Activision Blizzard por 63 mil millones de euros, lo que representaría la mayor adquisición en la historia de la industria de los videojuegos.
La noticia generó una mezcla de expectación y preocupación entre los jugadores, los competidores y los reguladores, ya que Microsoft es un actor influyente en el mercado de los videojuegos y se temía que pudiera crearse un monopolio.
La revisión de la Unión Europea, el actor más importante junto a los reguladores de Reino Unido y Estados Unidos, se ha centrado en determinar si la adquisición de Activision Blizzard por parte de Microsoft afectaría la competencia y limitaría la elección para los consumidores.
La Comisión Europea llevó a cabo una investigación exhaustiva que involucró a expertos en la materia, consultas con terceros y un análisis detallado de los datos proporcionados por las partes involucradas.
Tras un análisis en profundidad, la UE ha llegado a la conclusión de que el acuerdo no perjudicará significativamente la competencia en el mercado de los videojuegos.
Según el comunicado de la Comisión Europea, “La investigación ha demostrado que existen suficientes competidores fuertes en el mercado y que los consumidores seguirán teniendo una amplia variedad de opciones de juegos”.
La aprobación de la UE brinda a Microsoft un impulso significativo para avanzar con el acuerdo. La compañía espera cerrar la adquisición en los próximos meses, una vez que se hayan cumplido todos los requisitos legales y regulatorios necesarios.
La adquisición de Activision Blizzard dará a Microsoft una cartera de juegos extremadamente popular, que incluye franquicias como Call of Duty, World of Warcraft y Candy Crush.
El acuerdo aún no está cerrado y Reino Unido está decidido a impedirlo
Sin embargo, la adquisición también ha generado preocupaciones legítimas sobre la concentración de poder en manos de Microsoft.
La compañía ya es dueña de Xbox, una de las consolas de videojuegos más populares del mundo, y su influencia en la industria es innegable. Al adquirir Activision Blizzard, Microsoft se convertiría en una fuerza aún más dominante y algunos críticos temen que esto pueda limitar la competencia y la innovación.
Ante el anuncio positivo de la Comisión Europea, la CMA ha salido a decir que si bien Europa es independiente y la respetan, ellos no van a cambiar su veredicto y la Unión Europea se ha equivocado con el fallo.
Es decir, la CMA ha salido a decir públicamente que discrepan de la decisión de Europa y que, en fondo, se han equivocado al no ver los peligros del acuerdo entre Microsoft y Activision.
La cuestión aquí es que la Comisión Europea era el hueso más duro y el que más peso tiene en la carrera de fondo de este multimillonario acuerdo. La UE representa el mercado más potente (muchísimo más que Reino Unido y más desde el Brexit).
El último gran regulador, el que lo decidirá todo, será la Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos. Lo que salga de esa comisión decidirá si hay apretón de manos o denuncias a discreción.
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