Publicidad

Noticias

La historia detrás del fenómeno viral de Los Pitufos Makineros en los noventa

No lo niegues: ESTO fue tu infancia

La historia detrás del fenómeno viral de Los Pitufos Makineros en los noventa
Randy Meeks

Randy Meeks

  • Actualizado:

Nos guste o no nos guste, no podemos controlar nuestra infancia. Podemos hacer creer a quien nos quiera escuchar que de niños ‘El padrino’ era lo mejor que nos había pasado en lugar de ‘Los mundos de Yupi’ o que en nuestro coche escuchábamos sin parar a Oasis en lugar de Los Pitufos Makineros. Ah, sí. Ese disco que en 1995 apareció en España de absolutamente ningún sitio, tres años después de la muerte de Peyo y que hizo bailar a toda una generación. Pero, ¿qué es ‘Los pitufos makineros’? ¿De dónde salió y hasta dónde fueron capaces de llegar? Estad atentos, porque esta historia no os la esperáis.

Softonic Descarga
La aplicación oficial de Spotify para PC

El tecno es guay

Antes, una introducción a Los Pitufos: en 1958, Peyo había conseguido el éxito con las aventuras entre cómicas y épicas de una pareja basada en un valiente y su desastroso compañero. Johan y Pirluit protagonizaron 13 títulos creados por el autor (y otros cuatro creados posteriormente a su muerte por otros autores) e, injustamente, se le recuerda por haber visto nacer, en su novena historia larga, a los Pitufos.

‘La flauta de seis pitufos’ fue, sin saberlo, el inicio del resto de la vida de Peyo: tras sacarles como secundarios en un par de aventuras más de Johan y Pirluit, el poblado cobró vida propia y en 1959 ‘Los pitufos negros’ y su mítico “¡Ñac!” tuvo un éxito inusitado que, tras un buen puñado de cómics, explotó con la serie de dibujos animados estadounidense que duró de 1981 a 1990 durante 258 episodios (bastante descafeinados en su mayoría, por cierto).

Fue por esta época, en 1978, cuando Los Pitufos hicieron su primera aparición en el mundo de la música gracias al Padre Abraham, el nombre artístico del holandés Petrus Antonius Laurentius “Pierre” Kartner (fallecido, por cierto, el año pasado), que hizo una canción para la película basada en ‘La flauta de seis pitufos’. El single vendió más de 400.000 unidades (a pesar de que inicialmente la falta de confianza les hizo imprimir solo 1000), y el disco posterior medio millón. En España llegó cantando en nuestro idioma en un álbum titulado ‘El padre Abraham y sus pitufos’, con esta canción como avance absolutamente imposible.

Makina pitufal

Pero todo termina: la fama de los Pitufos se fue desvaneciendo poco a poco a medida que la serie de televisión fue considerada cada vez más un producto kitsch y a mediados de los 90 eran considerados una franquicia más bien acabada. Pero aún quedaba un último intento antes de pasarse una década hibernando, y la clave no está en España sino, una vez más… en Holanda.

EMI, propietaria de la franquicia, ya no sabía qué hacer con Los Pitufos, y le pidió al equipo de producción de Cat Music que hicieran algo, por favor, con los personajes y algunas canciones modernas “pitufadas”. A inicios de 1995, una parodia del ‘No limit’ de 2Unlimited fue el número uno de Holanda y abrió la veda: el 6 de abril de ese mismo año veía la luz en Bélgica y Alemania ‘Tekkno ist cool’, con versiones pitufadas de Jam & Spoon o Maxx. El éxito fue tal que en septiembre apareció ‘Megaparty’, otro disco más de Los Pitufos. En Holanda, mientras, los CDs de Irene Moors con los Pitufos, como ‘Ga je mee naar Smurfenland’ conseguían doble disco de platino. Era el inicio de un periplo que les llevaría a versionear ‘La macarena’ o a las Spice Girls a lo largo de toda Europa, donde se vendieron 8 millones de álbumes entre 1995 y 1998. Repetimos: Ocho. Millones.

Y mientras tanto, en España, ¿qué estaba pasando en 1995? Con la ruta del bakalao en decadencia y la música dance y tecno abriéndose a todas las edades, solo era cuestión de tiempo que llegara a nosotros ‘Los pitufos makineros’, que contaba con una ilustración de portada diferente a la del resto de versiones europeas y en la que se versionearon canciones como ‘Scatman’s world’ (‘Somos los pitufos’), ‘El tecno es guay’ (American Pie) o, por supuesto, el ‘No limit’ que triunfó en su versión holandesa, aquí como ‘Cumpleaños feliz’. Si tienes más de treinta años, aún resuena en tus pesadillas (“Es tu cumpleaños, es tu cumple, es tu cumpleaños”). Este fue solo el inicio: el éxito estaba asegurado.

Pitufos Mix

Hay que tener en cuenta que en los 90 los discos veraniegos de remixes eran todo un arte en España. Desde que ‘Max Mix’ abriera la veda en 1985, los diferentes títulos se iban abriendo camino en el (entonces) proceloso mercado patrio. ‘Bolero Mix’, ‘Máquina total’ (que precisamente en 1995 vendió más que en ningún otro año con su séptima parte), ‘Rumba total’ o ‘Ibiza Mix’ eran lo que sonaba en todo chiringuito del verano que se preciara. ‘Los pitufos makineros’ servían no solo como parodia sino como versión infantil para toda la familia.

En 1996, Los Pitufos Makineros lanzaron un ‘¡Vámonos a Ibiza!’ con versiones de ‘El tiburón’ (‘El campeón’), ‘Staying alive’ (‘¡Piérdete ya!’) o ‘Memories’ (‘El cole acabó’) además de canciones propias como ‘Pitufolimpiadas’ o ‘Futbolmanía’. Los discos abandonaron enseguida el “makineros” con España entrando en otro momento más pop. Así salieron ‘Los pitufos ¡van a tope!’ (1996) o ‘¡¡Viva Pitufos!! Los Pitufos en directo’ (1997). Este disco era medio recopilatorio de los tres anteriores, pero con canciones nuevas como la versión pitufada de ‘Acompáñame’, la canción de ‘Sorpresa, sorpresa’. Los 90 eran, definitivamente, una cosa.

A partir de entonces se trató de monetizar como fuera: ‘¡¡A bailar Pitufos!!’ (1997), ‘Los pitufos musicales’ (1997), ‘¡¡Corazón pitufo!!’ (1998) que versioneaba ‘Barbie Girl’ en ‘La pitufina’ o ‘Desátame’ en ‘Pitúfame’ o ‘Los Pitufos 2000’ (1999), con versiones de ‘Mambo No 5’ (‘Vivo Pitufando’) o ‘Baby one more time’ (‘Juega otra vez pitufo’). La llegada de los 2000 no quitó el disco anual del equipo: ‘Los pitufos.com’ (2000) abría el abanico a canciones explícitas como ‘Sex bomb’ (‘Pitufos on line’) o ‘The bad touch’ (‘Todo al revés’). Este fue el último editado por Arcade, que dejó paso a Divucsa y versiones de canciones exclusivamente españolas, abandonando ya las prácticas internacionales.

Los discos siguieron hasta 2006: ‘Fiesta Pitufa’, el doble ‘Festival Pitufo’, ‘Los Pitufos te desean un cumpleaños feliz’, ‘Los pitufos ¡no paran!’ (con DVD de regalo que contenía el episodio ‘Pitufo bucanero’ de la serie de televisión), ‘Mola pitufar’ (con CD de villancicos y karaoke incluido), ‘Mola pitufar’ y, finalmente, ‘Pitufando éxitos’, que incluía en un CD-ROM siete juegos interactivos y que ya dejaba ver un nuevo estilo musical en canciones como ‘Me mola el rumbatón’, que parodiaba ‘Pa mi guerrera’.

Catorce discos en once años y versiones imposibles de ‘Aserejé’, ‘Zapatillas’ o ‘I want it that way’ hicieron de Los Pitufos Makineros (y, posteriormente, Los Pitufos) un hito nostálgico de esos que da un poco de vergüenza recordar. La parte buena es que no estuvimos solos: en Hungría se lanzaron álbums hasta 2011 y en Finlandia se vendieron más de 19 diferentes. En la República Checa, de hecho, su equivalente a nuestros Pitufos Makineros fue el disco más vendido entre 1994 y 2006.

Queda solo un consuelo internacional ante la vergüenza musical: ningún país se pudo permitir versionear ‘Wonderwall’: Oasis pidió de manera muy explícita que ‘Wondersmurf’ no saliera en ninguno de estos álbumes. ¡Hay que pitufarse, Gallaghers!

Randy Meeks

Randy Meeks

Redactor especializado en cultura pop que te escribe en webs, revistas, libros, redes sociales, guiones, cuadernos y servilletas si no hay más sitios donde dar la chapa

Lo último de Randy Meeks

Directrices editoriales