Publicidad

Noticias

La historia del primer videojuego del mundo jugado en el espacio… ¡Hace treinta años!

Caen las piezas, pero no las naves

La historia del primer videojuego del mundo jugado en el espacio… ¡Hace treinta años!
Randy Meeks

Randy Meeks

  • Actualizado:

La conquista del espacio está plagada de primeras veces. El primer planeta que se vio desde un telescopio, el primer lanzamiento, el primer viaje lunar, el primer animal lanzado en cohete (que, como sabemos por Mecano, era perra y se llamaba Laika)… Y, por supuesto, el primer videojuego que jamás cruzara la atmósfera, un honor que recae en, como no podía ser de otra manera, ‘Tetris’.

Tetris DESCARGAR
El Tetris de toda la vida, pero con novedades

Un espacio tetramínico

La historia de ‘Tetris’ ya es conocida por todos: Alexey Pajitnov lo programó durante 1984 en la Unión Soviética, utilizando, a falta de gráficos, puntos y niveles, paréntesis y espacios representando las piezas. El desbarajuste de derechos que ocurrió después, cuando el creador quiso licenciar su juego, está más que bien dramatizado en la película del mismo nombre que podéis ver en Apple TV+ y que acabó con los tetraminos acompañando a la Game Boy en su lanzamiento.

A tanto llegó el fanatismo por ‘Tetris’ que, cuando en 1993 la nave Soyuz TM-17 se lanzó desde Rusia con destino a la MIR, en su interior estaba un astronauta de 49 años que se negó a viajar sin su Game Boy con el juego: Aleksandr Aleksandrovich Serebrov se retiró dos años después tras cumplir su misión y pasar 196 días en el espacio dando 3000 vueltas a la Tierra. En total, el cosmonauta llegaría a pasar casi 372 días en el espacio entre todas sus misiones, llegando a dar diez paseos a gravedad cero (que parece poco impresionante, pero en su momento fue todo un récord).

Serebrov ya había ido al espacio tres veces anteriormente y sabía que siempre había algo de tiempo que perder entre misión y misión. Y, en lugar de no hacer nada o comerse la cabeza, decidió llevarse su pasatiempo favorito: un videojuego. Como el mismo dijo en 1994, “Como todos los cosmonautas, amo el deporte. Mis favoritos son el fútbol y la natación. Durante el vuelo, en los raros momentos de ocio, disfruté jugando a la Game Boy“. Obviamente, mientras estaba pasándose niveles y colocando piezas, no se dio cuenta de que estaba marcando un récord que después fue inmortalizado poco después en el Libro Guinness.

Paréntesis en el espacio

Serebrov murió el 12 de noviembre de 2013, y antes de dejar este mundo de manera definitiva (y sin pasaje de vuelta) decidió subastar su querida consola con el juego y el manual. Acabó vendiéndose por 1.220 dólares (muy poco, si nos preguntan) poniendo punto y final a la primera aventura espacial del videojuego. No fue la única.

No hay muchos datos sobre los astronautas que juegan a videojuegos mientras hacen misiones, pero se sabe que en 2014 Samantha Cristoforetti jugó a ‘Minecraft’ en un ordenador portátil, a pesar de que estos se usan de manera exclusiva para recabar datos y trabajar. La NASA informó también que en 1998 se jugaba normalmente como manera de escapar mentalmente de los problemas, junto a otras actividades como escuchar música o leer ficción. ¡Ah! Y en 2016, Tim Peake subió desde el espacio una foto en la que probaban la realidad virtual… Y un juego sobre alienígenas. Quizá no sea la mejor idea para probar en el espacio. Para esto, mejor un ‘Tetris’ y al menos no vives con miedo a los OVNI y, como dirían nuestros padres, “los marcianitos”.

Fuera del espacio, está demostrado que los astronautas pueden mejorar sus habilidades -e incluso salvar la vida en situaciones límite- si son jugadores. Pero tiene truco, claro, no vale jugar a ‘Mario Kart’: Level Ex es una empresa que crea videojuegos médicos especializados, y entre ellos, algunos para astronautas. Salir a pasear por el espacio nunca fue tan divertido.

Randy Meeks

Randy Meeks

Redactor especializado en cultura pop que te escribe en webs, revistas, libros, redes sociales, guiones, cuadernos y servilletas si no hay más sitios donde dar la chapa

Lo último de Randy Meeks

Directrices editoriales