Siempre se ha dicho que no hay persona más productiva que una que es vaga, ya que encontrará la manera más fácil y rápida de hacer las cosas. Esto es lo que deben pensar actualmente los profesores universitarios de sus alumnos, los cuales están usando en masa ChatGPT para la elaboración de sus tareas.
Sin embargo, los educadores tampoco son tontos. El equipo tras GPTZero y capitaneado por Edward Tian, ha presentado un nuevo producto, GPTZeroX. La herramienta está diseñada para usarse dentro del ámbito educativo y sirve para detectar textos generados por inteligencia artificial. Su funcionamiento está basado en los nuevos modelos de detección para garantizar su efectividad.
GPTZeroX proporciona acceso a su API para el procesamiento masivo de textos, además de puntuar escritos de forma holística y resaltar frases individuales generadas por IA. Además, puede calcular la probabilidad de que un texto haya sido creado por inteligencias artificiales como ChatGPT, por ejemplo.
No obstante, en estos momentos ChatGPT es capaz de generar escritos que son bastante impresionantes y convincentes incluso para nosotros mismos. ¿Cómo es capaz GPTZeroX de saber si un texto es artificial o no? La respuesta es bien sencilla: el sistema se basa en la detección de dos factores que son iherentes al ser humano, la perplejidad y la explosividad. Con perplejidad, se refiere a la aleatoriedad de una frase y con explosividad, a la aleatoriedad general de todas las frases de un texto.
Tal y como se explica en The Decoder, los bots tienden a producir frases mucho más simples que los humanos, que pueden alternar entre diferentes grados de complejidad.
Los detectores de IA, ¿una solución temporal?
Sean más fiables o no, hay muchas razones por las que los educadores no deberían relegar sobre este tipo de herramientas. Los modelos generativos no se van a ir a ningún lado de momento y las instituciones tienen que prepararse para ello. Si bien los detectores podrían ser de ayuda en momentos puntuales, los educadores deben plantearse sus métodos y adaptarlos a las necesidades actuales.
El propio Sam Altman, CEO de OpenAI, predice que los detectores de texto generado por IA tienen los días contados antes de que los usuarios encuentren maneras de sortearlos. Y es que la inteligencia artificial plantea muchos interrogantes: ¿debería fomentarse su uso entre alumnos o sería mejor prohibir de raíz estos sistemas?
