Desde que se estrenó la segunda parte de la tercera temporada de The Witcher, la serie insignia de Netflix en los último cuatro años, los fans y críticos hemos podido confirmar lo que muchos temíamos: la serie es mala. O, sencillamente, es mucho más floja de lo que nos vendieron en un primer momento.
No seguir los libros al pie de la letra ha sido un punto de discordia para muchos fans, incluido el hasta ahora protagonista de la serie, Henry Cavill.
Y según el productor ejecutivo de la serie, Tomek Baginski, hay razones para esta simplificación de la trama: los estadounidenses, los espectadores más jóvenes y las redes sociales.
Todo comenzó con Henry Cavill, el mejor Geralt que podíamos tener
Henry Cavill anunció en octubre del año pasado que dejaría The Witcher a pesar de haber sido elogiado universalmente por su interpretación de Geralt.
Aunque parecía que su decisión se debía a su regreso como Superman, que nunca llegó a nada más allá del cameo en Black Adam, hubo informes de que no estaba contento con que la serie se alejara demasiado de los libros.
También se afirmaba que a algunos de los guionistas de la serie no soportaban las novelas de Sapkowski, lo cual hace muy difícil hacer una buena adaptación que respete la obra original.
La simpleza del público de EE. UU es culpable de todos los males
En una entrevista concedida al sitio polaco Wyborcza, Baginski afirmó que simplificar los puntos de la trama suele ser necesario cuando “una serie se hace para una gran masa de espectadores, con experiencias diferentes, de distintas partes del mundo, y una gran parte de ellos son estadounidenses”.
Baginski sí dijo que simplificar las tramas fue doloroso tanto para los guionistas como para él mismo, pero “el mayor nivel de matices y complejidad tendrá un alcance menor, no llegará a la gente. A veces puede ir demasiado lejos, pero tenemos que tomar estas decisiones y aceptarlas”.
No es la primera vez que Baginski señala a un gran grupo demográfico. Kotaku destaca una entrevista que concedió al canal de YouTube polaco Imponderabilia, en la que el productor culpaba de la escasa audiencia de la segunda temporada de The Witcher a los jóvenes con poca capacidad de atención que crecieron en TikTok y YouTube.
“Cuando se trata de espectáculos, cuanto más joven es el público, la lógica de la trama es menos significativa”, dijo, señalando que los jóvenes gravitan más hacia “sólo emociones”.
Parece que Baginski comparte sentimientos similares a los de Ridley Scott. En 2021, el director de Blade Runner/Alien/Gladiator culpó de los malos resultados de taquilla de El último duelo a los apáticos millennials y a “sus malditos teléfonos móviles”. Cualquier excusa es buena, parece ser.
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