Por si el Sol no nos ya diese suficientes problemas (en serio, qué calor hace), el astro rey ha decidido complicarnos un poco más la existencia. Esta semana, una potente erupción solar afectó e interrumpió las señales de radio y navegación en toda Norteamérica, llegando incluso a obligar a los meteorólogos espaciales a advertir de la llegada de partículas energéticas a la Tierra.
Las erupciones solares son destellos energéticos de radiación que estallan en regiones frías y densas magnéticamente del Sol a las que se denomina manchas solares. Cuando la radiación de las erupciones interactúa con las partículas de la ionosfera terrestre las sobrecarga, afectando a las señales de radio y satélite, que pasan por esta capa de la atmosfera.
La erupción que tuvo lugar esta semana, clasificada como X1.5, no fue poca broma precisamente, ya que ha sido la vigésima erupción X (la categoría de erupción solar más potente) del actual ciclo solar de 11 años, que alcanzará su máximo el año que viene.
Además, el apagón causado por la erupción solar ha sido de categoría 3 en la escala de cinco puntos elaborada por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), según el físico solar Keith Strong.
“La erupción X1.5 causó un evento de apagón de radio R3 (fuerte) en el lado iluminado de la Tierra por el día (la mayor parte de EE. UU. y Canadá, y el Océano Pacífico)”, declaró Strong en Twitter. “Las frecuencias por debajo de 5 Mhz fueron las más afectadas y las señales de navegación se degradaron”.
Según Met Office, el Servicio Meteorológico Nacional del Reino Unido, la enorme erupción que tuvo lugar este lunes surgió de un grupo de manchas solares de gran tamaño y actividad que puede verse en la superficie del Sol, y surgió tan solo dos días después de una erupción X más débil que se produjo el pasado sábado 5 de agosto.
La Met Office predice que pueden producirse nuevas erupciones de gran intensidad mientras el gran cúmulo de manchas solares permanezca visible en la superficie del Sol. Sin embargo, esa región amenazadora debería desaparecer de nuestra vista en estos próximos días, por lo que en la Tierra tendríamos un problema menos del que preocuparnos.
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