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¿Es este el robo más ridículo de la historia?

Maria Baeta

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Hay personas que no están hechas para ciertas profesiones… Claramente este es  el caso de dos ladronzuelos que entraron a comprar víveres con una tarjeta robada en una supermercado de Alberta, Canadá. No solo no consiguieron su propósito sino que hicieron el rídiculo al intentar huir y protagonizar una de las escapadas más cómicas de la historia.

Todo empezó cuando la dependienta de la tienda sospechó que la pareja, chico y chica, querían pagar un refresco con una tarjeta robada. Llamó a la policía, que enseguida vino para detener a los presuntos ladrones. La cosa no fue tan sencilla: aunque en un primer momento los tenían neutralizados ambos consiguieron huir, pero se encontraron con diferentes circunstancias que impidieron que se saliesen con la suya.

¿Es este el robo más ridículo de la historia?

No te queremos hacer spoiler, así que te dejamos con el vídeo de esta mítica huída, y a continuación comentamos lo que nos ha parecido más divertido (y ridículo). Por cierto, por si no te suena la música: se trata de la sintonía de “Benny Hill”, un famoso show televisivo de los 70 y 80 protagonizado por un cómico experto en gags parecidos a esta huida… No me dirás que no pega como banda sonora del robo.

Momentos destacados del vídeo:

  • Los policías tienen enorme facilidad para arrancar la ropa de los sospechosos pero no para lograr que estén quietecitos.
  • El ladrón masculino protagoniza una carrera por todo el establecimiento, ¡no había salidas abiertas, ya es mala suerte!
  • ¿Que no tienes objetos contundentes a mano? ¡Tírale unos paquetes de chicle al agente de policía!
  • Como lo habrá visto en muchas películas, la chica intenta huir por el conducto de ventilación… ¡El morrazo que se pega a continuación es épico!

Fuente: Actualidad RT

Maria Baeta

Maria Baeta

Mi primer ordenador fue un Amstrad CPC 6128 y así se inició mi amor por los gadgets. Además de la tecnología y los juegos me apasiona la música (soy cantante en dos bandas de swing, jazz y blues), el cine (verlo y escribir sobre él), la gastronomía (cocinar... ¡pero sobre todo comer!) y la moda alternativa. ¿Sigues el culto de The Rocky Horror Picture Show? Entonces seguro que podemos llevarnos bien.

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