Publicidad

Noticias

Los mismos grupos, todo el verano, en todos los sitios: la burbuja de los festivales de música gigantescos

¿Sidonie otra vez?

Los mismos grupos, todo el verano, en todos los sitios: la burbuja de los festivales de música gigantescos
Randy Meeks

Randy Meeks

  • Actualizado:

De un tiempo largo a esta parte, la palabra “verano” es sinónimo para muchas personas más o menos acaudaladas de festivales de música. Benicassim, Madrid, Bilbao, Barcelona, Vilanova i la Gertrú, Alcalá de Henares, Santiago de Compostela, Palencia, Villarobledo… No hay ciudad ni pueblo que quiera quedarse sin su festival. Tanto, que podrías pasarte todo julio y agosto saltando de pogo en pogo sin tener que parar un solo día… aunque eso signifique ver a Ginebras por decimoquinta vez.

Spotify DESCARGAR

Otro año más Jota cantando en el Primavera Sound

No es que no me guste Ginebras. Al contrario: es un grupo fabuloso. También lo son La Casa Azul, Sidonie, Amaia, Veintiuno, Ladilla Rusa, Lori Meyers o Love of lesbian. El problema es que ir a un festival de música es, cada vez más, el equivalente a hacerse un Interraíl: pagas relativamente poco, ves muchas cosas, entiendes poco de lo que ha pasado y repites año tras año a pesar de que nunca será igual que la primera vez.

Es más: es como hacerse el mismo Interraíl una y otra vez pero haciendo solo pequeños cambios en el recorrido. Las empresas tras los macrofestivales saben que el público siente la tradición de ver a Rufus o a Florence + The Machine con más expectación que la de sorprenderse con un grupo nuevo. Y al final, los festivales se convierten en el día de la marmota de la diversión: mucha, pero siempre igual.

Por no hablar del daño que se le hace a las salas. Sí, seguro que tú, que vas a festivales, durante el año vas a las salas de conciertos a disfrutar de los grupos en exclusiva, a gozar con conciertos de dos horas de duración en petit comitèe y a apoyarles, pero la mayor parte de la gente se conforma con el maratón, como si fuera una serie de Netflix: veinte grupos de seguido y la semana que viene los mismos veinte, pero en otro sitio. ¿Hasta qué punto puede uno escuchar ‘Emborracharme’ sin aburrirse o sentir que vive el mismo concierto una y otra vez?

Puede que esto sea polémico, pero los festivales (me da igual el BBK que el MadCool o el Primavera) desvalorizan en cierta manera la música al ofrecerla al por mayor, como si fuera un volquete de notas y canciones. Ahora Amaral, luego El Drogas y dentro de veinte minutos Iván Ferreiro. Todo, sin capacidad de ser disfrutado ni masticado, con cervezas a quince euros y los baños atestados de personas rezando para no morir intoxicados al cerrar la puerta. El público entendido como ganado, mera molestia necesaria para que la organización gane dinero.

¡Ojo! No estoy intentando poner a nadie en contra de los festivales -quién soy yo para hacerlo-, pero sí me gustaría que se pensase en ellos de forma un poco más crítica, más como una fábrica de salchichas al por mayor que como unos promotores de las artes preocupados por nuestro bienestar y el de la música. Si el de al lado ha utilizado un grupo que le ha dado más dinero, el año que viene repetimos nosotros. Y otra vez, y viceversa. La música como negocio en lugar de arte, tan disfrutable como siempre, pero mucho más siniestra de lo que jamás ha sido.

Spotify DESCARGAR

Algunos de los enlaces añadidos en el artículo forman parte de campañas de afiliación y pueden representar beneficios para Softonic.

Randy Meeks

Randy Meeks

Redactor especializado en cultura pop que te escribe en webs, revistas, libros, redes sociales, guiones, cuadernos y servilletas si no hay más sitios donde dar la chapa

Lo último de Randy Meeks

Directrices editoriales