Cuando Hergé falleció en 1983, dejando a medias su siguiente aventura de Tintín (‘Tintín y el arte-alfa’), no fueron pocos los que se ofrecieron a continuar sus andanzas al estilo ‘Los pitufos’, ‘Johan y Pirluit’ o ‘Spirou’. Sin embargo, los herederos del historietista fueron tremendamente reacios a que nadie tocara sus obras para que Tintín pudiera vivir en el recuerdo. Eso no ha impedido, claro, que haya algunos que consigan bordear la censura de Moulinsart por la derecha.
Un reportero belga cualquiera, a su servicio
No se puede decir que Randy Lofficier y Joe Orlando fueran precisamente sutiles a la hora de que Tintín hiciera un cameo fortuito en su cómic de los Teen Titans (por aquel entonces en España, Jóvenes Titanes). Era junio de 1987 y el número 11 de ‘Teen Titans Spotlight’ presentó a Tintín, Haddock, Tornasol, Milú y Rastapopoulos como miembros de una Tierra alternativa (más concretamente, Tierra-11).

De hecho, por si había alguna duda, el personaje se llamaba Tin. Vamos, que si los herederos de Hergé hubieran estado un poco rápidos igual hasta levantaban dinero de un posible juicio. Los cinco forman parte de la Armada de la Última Oportunidad, que luchan contra la Hermandad del Mal. Cierto, no pasan de ser personajes secundarios, pero suficiente para pasar a la historia de los crossovers inauditos.

Marvel no quiso quedarse atrás, y en 1991, durante el relanzamiento de ‘Los cuatro fantásticos’, hizo que Tintín (que, para no dejar dudas, se autodenomina belga en lugar de francés) diera, durante una página, direcciones a un par de misteriosos asaltantes. Por suerte para la empresa, sabiendo lo duros que van en Moulinsart, se libraron de su ira judicial. También es cierto que ese misterioso chico belga no volvió a salir.
¡Siempre nos quedará releer las obras maestras originales!