Todos tenemos claro que la llega de Lilith ha sido lo mejor que lo podía pasar a Santuario. Bueno, lo mismo nos hemos pasado, ya que está todo lleno de cadáveres y demonios, pero es por una buena causa: hacer un juegazo como Diablo IV.
Según la propia Blizzard, la última entrega de la franquicia Diablo ha registrado una fuerte demanda inicial y un lanzamiento sin contratiempos, algo que no siempre ocurre con los títulos de la empresa americana.
Diablo IV, la última entrega de una serie que tiene ya 25 años, ha batido récords internos para la veterana editora Blizzard al superar los 666 millones de dólares en ventas desde su lanzamiento el 6 de junio. Este número no es casual, es demoníaco.
El juego combina elementos clásicos de la franquicia, desde la atmósfera oscura y gótica de la lucha contra demonios hasta un enfoque siempre en línea en el que los jugadores pueden conectarse con amigos para matar monstruos.
La cifra de 666 millones de dólares no es casualidad
El número de la bestia, el número del diablo. En este caso los más de 666 millones de dólares no es una casualidad, sino un guiño a la demoníaca franquicia.
Rod Fergusson, director general de Diablo y vicepresidente senior de Blizzard Entertainment, atribuyó el éxito inicial a la voluntad de la empresa de trabajar en todas las plataformas, al tiempo que escuchaba a su público, muy molesto con las últimas decisiones de la empresa (Diablo Immortal).
Los usuarios han jugado más de 276 millones de horas desde su lanzamiento. Durante el periodo de acceso anticipado del juego, fue el número 1 en Twitch y YouTube durante los nueve primeros días de junio.
Una noticia que es aire puro para Blizzard
Activision Blizzard -formada en 2008 tras la fusión de Activision y Blizzard- ha pasado unos años difíciles. La Comisión Federal de Comercio ha tomado medidas para detener la propuesta de adquisición de la empresa por parte de Microsoft.
El acuerdo también ha sido impugnado en otros países, y los reguladores argumentan que la consolidación potencialmente anticompetitiva es lo que podría perjudicar el futuro de la industria del videojuego.
Activision Blizzard también se ha enfrentado al descontento de sus empleados y a una demanda por una cultura de “abusos y vejaciones” que dio lugar a la discriminación de las mujeres en la empresa. Ahí fue cuando la empresa estuvo a punto de desaparecer.
Pero claro, que hagan un buen juego no limpia la mala imagen de estos últimos años ni perdona la tóxica cultura laboral que han practicado hasta ahora. A Blizzard le queda mucha penitencia por delante…
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