Windows 8 tiene los días contados. En concreto, su actualización 8.1, a la que el 9 de enero le ha dejado de dar soporte estándar. Esta versión de Win, lanzada a finales de 2012, pasa, por tanto, a formar parte de las versiones obsoletas del sistema operativo, uniéndose al cementerio donde ya descansan los queridos Windows XP o Windows 7, entre otros.
¿Tienes que preocuparte si utilizas un ordenador con Windows 8.1? La verdad es que no. El fin de las actualizaciones estándar en la jerga Microsoft significa que esta versión del sistema operativo deja de recibir de forma oficial nuevas funcionalidades o mejoras y que ya no recibirá parches para arreglar bugs molestos.
Es decir, no recibirá más novedades pero sigue recibiendo lo que Microsoft denomina soporte extendido, es decir, parches de seguridad y otras actualizaciones que evitan problemas graves con el sistema operativo. Por ejemplo, Windows 8.1 recibe el parche que arregla los últimos problemas con el grave bug de Meltdown y Spectre.
Lo cierto es que Windows 8 no fue muy bien recibido por los usuarios: muchos prefirieron quedarse en Windows 7, mientras que otros se pasaron, en cuanto pudieron, a Windows 10.
¿Cuál es tu caso? Cuéntanos tus experiencias con Windows en los comentarios.