The Legend of Zelda es una saga con decenas de títulos tras de sí. Ya sea por entregas individuales o reediciones de otras ya lanzadas, las aventuras de Link están entre nosotros desde hace más de tres décadas. Con el inminente lanzamiento de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom surge la pregunta del millón: ¿qué videojuegos de la saga son los imprescindibles?
Te contamos cuáles son los 7 videojuegos de Zelda que debes jugar sí o sí en algún momento de tu vida. Hemos contado con la opinión de Salva Fernández, autor del bestseller “Zelda, detrás de la leyenda“, para recoger estos 7 títulos.
The Legend of Zelda: Breath of the Wild (2017)
Arrancamos por el antecesor, precisamente, de Tears of the Kingdom, ese juego que revolucionó el género del mundo abierto: The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Puede ser, sin lugar a dudas, el título más querido de la saga gracias a su planteamiento, a la cantidad tan grande de opciones que tenemos disponibles, a la manera en la que se encara la aventura, etc. Se pueden decir tantas cosas buenas de Breath of the Wild que necesitaríamos un libro para ello (y no de pocas páginas).
The Legend of Zelda: Ocarina of Time (1998)
Para muchos, el mejor videojuego de Nintendo 64: The Legend of Zelda: Ocarina of Time. En 1998 supuso todo un salto a la hora de concebir los videojuegos en tres dimensiones. Algunas implementaciones a nivel de diseño son fundamentales para entender el videojuego actual, véase la cámara fija en enemigos o el planteamiento de los puzles con el entorno. Para colmo, sus mazmorras son buenísimas.
The Legend of Zelda: A Link to the Past (1991)
Esta entrega puso el listón altísimo dentro de la saga a comienzos de la década de los 90. The Legend of Zelda: A Link to the Past es pura magia en Super Nintendo gracias a su precioso apartado gráfico y su increíble jugabilidad. En muchas ocasiones, los juegos del pasado no resisten bien a las revisiones actuales, pero es que jugar hoy en día a A Link to the Past sigue siendo igual de divertido que durante el primer día. Juégalo en cuanto puedas.
The Legend of Zelda: Majora’s Mask (2000)
Eclipsado por Ocarina of Time, no deja de ser curioso cómo The Legend of Zelda: Majora’s Mask estuvo al inicio un tanto relegado, pero el paso del tiempo lo ha puesto en el sitio que se merece. Esta entrega vuelve a cosechar la mejor jugabilidad de Zelda encabezada por el inigualable Eiji Aonuma, con los ciclos de tiempo como punta de lanza de su diseño. Su trama era más oscura que a lo que estábamos acostumbrados, pero eso es algo que precisamente incluso agradecemos por salirse de lo preconcebido.
The Legend of Zelda: Link’s Awakening (1993)
Divertidísimo. Esa es la única palabra que nos sale a la hora de recordar The Legend of Zelda: Link’s Awakening en Game Boy. El juego cuenta con un diseño de niveles digno de elogiar, así como unos puzles bien encorsetados entre combate y combate. Esta entrega posee varias ediciones con hasta un magnífico remake incluido. Nuestro consejo es que juegues a todos, aunque suene increíble.
The Legend of Zelda: The Wind Waker (1999)
Al igual que con Majora’s Mask, el tiempo le ha terminado dando la razón a The Legend of Zelda: The Wind Waker, todo un señor juego para Nintendo GameCube. Esta entrega nos permitía surcar los mares y una exploración no vista hasta la fecha. El pobre éxito de la consola de Nintendo (la menos vendida de su historia) provocó que menos gente pudiera acceder a esta entrega. Por suerte, y repetimos, el tiempo ha sido bueno con ella.
The Legend of Zelda: Skyward Sword (2011)
Cerramos este artículo con The Legend of Zelda: Skyward Sword. Lanzado para Wii, su principal aliciente era la increíble cantidad de cosas que podíamos hacer con los Wiimote, los mandos de la consola. Esta libertad de acciones y de mimetización con Link venía con una carga adicional jugable, que no es otra que poder explorar un vasto universo. Además, algunos elementos como el medidor de resistencia se potenciaron en Breath of the Wild.
