Parece que en Alphabet tienen un problema bien grande que ha surgido de su ambición desmedida. La orden de perseguir los bloqueadores de anuncios en su plataforma de videos puede terminar en un juicio histórico.
A principios de este mes, la lucha de YouTube contra los bloqueadores de anuncios entró en pleno apogeo cuando la plataforma empezó a bloquearlos en todo el mundo y a dar a los usuarios la opción de suscribirse a Premium.
Ahora parece que esta práctica ha metido al servicio de streaming de vídeo en un buen lío, ya que un consultor de privacidad ha presentado cargos penales contra la plataforma en Europa.
YouTube está en apuros y la UE amenaza
Según The Register, Alexander Hanff ha presentado una denuncia contra YouTube en virtud de la ley irlandesa sobre abuso informático. Hanff afirma que ha notificado a la Policía Nacional de Irlanda su intención de prestar declaración sobre dicha denuncia penal, y la policía ha reconocido su denuncia y le ha pedido más información sobre el asunto.
Hanff habla de que YouTube es responsable de ejecutar scripts de seguimiento ilegales que ayudan a la plataforma a detectar bloqueadores de anuncios, y esta práctica significa que el streaming está espiando a ciudadanos de la UE.
Además de las acusaciones de espionaje, Hanff también ha presentado una denuncia civil contra el sistema de interrogación del navegador de YouTube responsable de detectar los bloqueadores de anuncios ante la Comisión de Protección de Datos irlandesa. Las autoridades ya van detrás de Google para obtener respuestas a la demanda presentada contra la plataforma de streaming de vídeo.
“Considero que el script de YouTube es spyware, también conocido como tecnología de vigilancia, ya que se despliega sin mi conocimiento ni autorización en mi dispositivo con el único propósito de interceptar y monitorizar mi comportamiento”, ha declarado a The Register.
La esperanza de Hanff es que esta denuncia penal envíe un mensaje a YouTube y haga que Google ponga fin a sus prácticas de vigilancia contrarias a la legislación de la UE. La plataforma no ha pedido ningún consentimiento a los ciudadanos.
Veremos como acaba, ya que no sabemos cómo YouTube o Google van a responder a esto, pero si esto consigue pasar las primera instancias y el gobierno irlandés le da la razón… comenzará una interesante batalla.
