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Vamos a poner una horario internacional a la Luna y para ello necesitamos a Albert Einstein

La razón no tiene mucho que ver con los relojes. Tiene más que ver con los entresijos de la electrónica y la gravedad

Vamos a poner una horario internacional a la Luna y para ello necesitamos a Albert Einstein
Chema Carvajal Sarabia

Chema Carvajal Sarabia

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Gracias a Albert Einstein, el Gobierno estadounidense quiere establecer un huso horario oficial para la Luna. Y si esto era algo bastante inútil hace unos años, la realidad es que la humanidad está a punto de colonizar el satélite de forma permanente.

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Eso sí, tiene menos que ver con el desfase horario y más con cómo la gravedad afecta al tiempo y puede despistar seriamente a muchas tecnologías muy precisas.

Cualquiera que haya viajado largas distancias ha tenido que enfrentarse a la molestia de los husos horarios. Pasar de una zona horaria a otra es, sin duda, un fastidio: problemas de sueño, relojes desfasados, etc. Imagina esto en la Luna.

La Luna necesita un huso horario por este motivo

Cuando comenzaron las misiones a la Luna en los años 60, nunca se planteó la cuestión de la hora estándar. Hasta hoy, cada nación que enviaba una nave espacial a la Luna utilizaba la hora local del Control de Misión o GMT. Sin embargo, el número de misiones previstas a la Luna aumenta cada año y estas misiones son cada vez más complejas, por lo que es necesaria una hora estándar lunar.

La razón no tiene mucho que ver con los relojes. Tiene más que ver con los entresijos de la electrónica y la gravedad. Aquí es donde entra en juego Albert Einstein.

Si prestaste atención en clase de física, quizá recuerdes la Teoría de la Relatividad de Einstein. Según esta, si una nave espacial se mueve cerca de la velocidad de la luz, a un observador externo le parece que el tiempo se ha ralentizado a bordo de la nave, aunque a los pasajeros les parezca que se mueve con normalidad.

Lo que mucha gente no sabe es que este mismo efecto puede ser causado por un campo gravitatorio. Cuanto más potente es un campo en el que estás inmóvil, más ralentiza el tiempo visto desde fuera. El efecto es generalmente muy pequeño, pero lo suficientemente grande como para ser medido y tener efectos en el mundo real. Por esta razón, el estándar para medir el tiempo en la Tierra es a nivel del mar en un lugar determinado.

Aquí es donde entra en juego la hora estándar lunar. En la Tierra, el reloj medio va 58,7 microsegundos por día terrestre más lento que su homólogo en la Luna.

Cuando las misiones lunares funcionan independientemente unas de otras, eso no importa, pero cuando trabajan conjuntamente o cuando se utilizan satélites para la navegación en el espacio lunar, esos 58,7 microsegundos pueden significar la diferencia entre el éxito y el fracaso, o peor aún si hay astronautas implicados.

Para evitarlo, los estadounidenses, a través de la Oficina de Política Científica y Tecnológica (OSTP) de la Casa Blanca, quieren que la NASA, junto con los Departamentos de Comercio, Defensa, Estado y Transporte, establezcan la Hora Lunar Coordinada (LTC), que sería un equivalente lunar de la Hora Universal Coordinada (UTC), la norma horaria primaria utilizada a nivel mundial para regular los relojes y la hora en la Tierra y hecha de modo que puedan enlazarse entre sí.

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Se espera que la tarea lleve una década, con los primeros hitos fijados para el 31 de diciembre de 2026. El objetivo final es convertirlo en una norma internacional a través de los foros internacionales existentes, incluidas las naciones asociadas a los Acuerdos Artemis.

Esta norma permitiría a las naves espaciales trabajar de forma segura unas con otras, dar precisión a los sistemas de navegación y eliminar las confusiones de fecha y hora de las instrucciones transmitidas desde la Tierra o la Luna.

Chema Carvajal Sarabia

Chema Carvajal Sarabia

Periodista especializado en tecnología, entretenimiento y videojuegos. Escribir sobre lo que me apasiona (cacharros, juegos y cine) me permite seguir cuerdo y despertarme con una sonrisa cuando suena el despertador. PD: esto no es cierto el 100 % de las veces.

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