Las Apple Store son famosas por su diseño moderno y minimalista, que refleja la estética de los productos de Apple. Las tiendas están diseñadas para ser espacios abiertos y luminosos, con fachadas de vidrio que permiten la entrada de luz natural. En el interior, los productos se exhiben sobre mesas de madera y metal, que crean un ambiente cálido y acogedor.
Llegar a este depurado diseño, pero, es algo que requiere algo de tiempo. De hecho, las primeras tiendas de Apple eran muy distintas a las que podemos visitar hoy en día. Entre todas ellas, destaca la historia de una pequeña tienda dentro de un centro comercial cerca de donde Steve Jobs vivía. Una en la que el mismo Jobs tuvo que mandar al equipo de diseño a fregar. Literalmente.
“Quienquiera que diseñara la tienda nunca había limpiado un suelo en su vida”
En 2004, Steve Jobs estuvo en el Stanford Shopping Center de Palo Alto, California, para dar a conocer el nuevo diseño de Apple Store “mini” de 70 metros cuadrados en el centro comercial. Jobs quería que fuera diferente de las tiendas de Apple convencionales y para lograrlo empleó techos blancos iluminados desde detrás, paredes de acero inoxidable hechas en Japón y un suelo blanco, brillante y sin juntas, hecho con material utilizado en los hangares de los aviones. Su presentación a los periodistas, pero, encierra una historia muy curiosa.
Antes de que la cortina gigante que cubría la entrada de la tienda fuera levantada, Jobs se encontraba en medio de una situación realmente incómoda. Tal como nos cuentan en Forbes, los diseñadores no habían tenido en cuenta la dureza del uso cotidiano y la tienda tenía marcas de manos y manchas negras en el suelo. Jobs ni siquiera quería salir a saludar a los reporteros y presentes en el lugar, pero no le quedó otra opción y los reporteros pudieron visitar la nueva tienda.
Al ver el estado del suelo, una periodista presente, Connie Guglielmo, le preguntó a Jobs si había estado involucrado en cada aspecto del diseño. Él asintió, a lo que ella le contestó que “era obvio que quienquiera que diseñara la tienda nunca había limpiado un suelo en su vida”. Steve Jobs simplemente se la miró fijamente y entró en la tienda.
Esa misma noche, pero, hubo limpieza. Jobs reunió a todo el equipo de diseño y los hizo pasar la noche en la tienda limpiando el suelo blanco brillante. Pocos meses después, un ejecutivo de Apple le confirmó a la periodista que la empresa había decidido reemplazar el suelo de la tienda por las conocidas grandes baldosas de piedra que todavía encontramos en todas las Apple Store alrededor del mundo.
El incidente de la limpieza de la tienda de Palo Alto muestra la pasión que tenía y la prioridad que Steve Jobs daba al diseño. Unos estándares que se aplicaban a los productos de la compañía y también a las tiendas donde estos se vendían. Jobs siempre buscaba la excelencia en todo lo que hacía y, en el caso de las tiendas de Apple, él quería que el diseño fuera tan icónico como los productos de la empresa.
Las tiendas de Apple son una parte integral de la estrategia de marketing de la empresa y se han convertido en destinos populares para los amantes de la tecnología y el diseño. Puede que haya detalles de esas tiendas en los que no reparamos, pero todos ellos están destinados a transmitir la imagen de la empresa. Algo que Steve Jobs tenía muy claro, incluso al comparar Mac OS X vs Windows Vista, y que podemos apreciar en sucesos tan curiosos como cuando tuvo que mandar el equipo de diseño a fregar.
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