Marvel Studios lleva unos años adaptándose a un tono algo más afable que no se asemeja tanto a las primeras películas de su estudio como al de propuestas que en su día fueron más innovadoras como Guardianes de la Galaxia. Esto le ha dado grandes alegrías, como es el caso de Thor: Ragnarok, las primeras de Ant-Man o incluso Vengadores: Infinity War. Sin embargo, también ha acarreado que el tono de la compañía se haya disipado bastante, y muchos hayan dejado de tomarse en serio a sus personajes.
Para arreglar este desaguisado que están viviendo los súpers en los últimos años, en los que ya no queda del todo claro cuál es el tono por el que se rige el Universo Cinematográfico de Marvel, han cortado por la tangente con Invasión Secreta (Secret Invasion), la última serie de la compañía en Disney Plus. Acaba de estrenarse su primer episodio y, como venían prometiendo desde los tráilers, vuelve a marcar el tono establecido en los inicios de Marvel y nos ofrece un thriller en lo que todo está por descubrir.
Una nueva guerra está por llegar al Universo Marvel
Desde el inicio de Invasión Secreta, queda muy claro el tipo de serie con la que nos vamos a encontrar. En esta secuencia vemos al agente Everett Ross (Martin Freeman), a quien vimos por última vez en Wakanda Forever, reunirse con un informante que le explica que hay una invasión Skrull en marcha que podría poner en jaque a la raza humana. Se trata de una amenaza a la altura de Thanos.
Ross, como era de esperar, no se toma en serio esta información, pero pronto se descubre que tiene más razón que un santo cuando su informante muere abatido de un disparo sorpresa por un desconocido que comienza a perseguirle. Cuando este desconocido se desvela deja claro que es Talos, el Skrull al que conocimos en Capitana Marvel. Y, por supuesto, el tal agente Ross no es más que otro alienígena infiltrado; no es la persona a la que conocemos.
Con escenas de acción a lo John Wick, una iluminación tenue y una ambientación primeriza en Moscú (Rusia), se establece con rapidez el tono que tendrá la serie. No se trata de una ficción más de héroes volando y luchando a plena luz del día; es una historia de secretos, traiciones y oscuridad por doquier. Estamos ante lo que podría haber sido Falcon & The Winter Soldier si hubieran decidido seguir la línea de los Hermanos Russo en sus películas.
Tras esta escena llega el personaje al que todos esperábamos: Nick Fury (Samuel L. Jackson). Pero, por supuesto, no estamos ante el Fury que reunió a los Vengadores con una sonrisa en la cara —tal y como explica en la propia serie, como un autoregalo por su crisis de los 40—, sino que un hombre depresivo y sombrío que acaba de llegar de un retiro en el espacio tras verse superado por la situación a la que llevó Thanos al planeta.
Ya recuperado y con ganas de marcha, Fury vuelve a la Tierra por el llamado de Talos (Ben Mendelsohn), su mejor amigo Skrull al que dio cobijo tras los sucesos de Capitana Marvel. Durante años, Fury fue quien protegió a los Skrulls del resto de la humanidad y los mantuvo serenos, pero tras su marcha por el chasquido de Thanos y posterior partida al espacio, algunos de ellos se han quedado huérfanos… y buscan tomar la Tierra como su nuevo planeta.
Liderados por Gravik (Kingsley Ben-Adir), el Súper-Skrull de los cómics del que apenas podemos ver un par de intervenciones en este episodio y básicamente se basan en mostrarlo amenazante, un grupo de estos alienígenas está llevando un plan para generar una disputa pública entre Estados Unidos y Rusia. ¿Su idea? Aprovechar una nueva guerra mundial para hacerse con el poder.
En el primer capítulo de Secret Invasion vemos cómo Nick Fury, Talos y Maria Hill (Cobie Smulders), la fiel escudera de Fury que es la única que se mantiene implacable durante los sucesos del UCM, siguen la pista de Gravik a través de un ataque terrorista que quieren lanzar para provocar esta presumible guerra. Pero además entra otro personaje en acción: G’iah (Emilia Clarke).
G’iah es la hija de Talos, pero tras varios sucesos que se cuentan en la serie, acaba del lado de Gravik y siendo usada como un arma más para la guerra Skrull que está por llegar. Tras la pista de G’iah, los protagonistas llegan a la escena más importante del episodio; en la que se lleva a cabo el ataque terrorista de los Skrulls… y todo sale tan mal como debe salir en un primer capítulo. El atentado se lleva a cabo y Maria Hill muere, en un último plano de su cadáver que deja muy claro que la serie va en serio.
Sin duda, este primer capítulo ha servido para sentar las bases del que puede ser uno de los thrillers más oscuros de Marvel hasta la fecha. Sea como producto independiente o como base para la futura Vengadores: Secret Wars, desde luego parece muy interesante para marcar el futuro de un estudio que se estaba perdiendo tanto en el Multiverso que no conseguía acertar con el rumbo que debía tomar.
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