Es increíble cómo, después de 60 años de historias, aún sigue habiendo nuevas cosas que contar en torno a Spider-man. Si aquel momento en que su cuerpo fue poseído por el Doctor Octopus o su conversión en el Duende te parecieron derivativas, es posible que encuentres paz en un cómic que acaba de empezar, escribe uno de los mejores guionistas de la actualidad (Jonathan Hickman) y responde a la pregunta “¿Qué habría pasado si a Peter Parker no le hubiera mordido nunca la araña?”.
No hay gran poder, no hay gran responsabilidad
En el número 1 de ‘Ultimate Spider-man’, ambientado en una Tierra alternativa (como los cómics Ultimate que en su día fueron un exitazo), se nos presenta a un Peter Parker que estuvo a punto de sufrir el picotazo de la araña pero El Hacedor, o sea, el Reed Richards malvado, la mató antes de tiempo. Ahora tiene un par de hijos, está casado con Mary Jane y trabaja en el Daily Bugle, a las órdenes de J. Jonah Jameson… Y de su tío Ben.
Aparentemente Peter es un nepobaby, sí, pero lo importante es que Ben Parker no murió al haber cambiado el curso de la historia, y en este caso fue su tía May la que murió, junto a muchos otros (como Norman Osborn), en un ataque aparentemente perpetrado por un joven Tony Stark. En esta realidad, Matt Murdock se convirtió en cura, Harry Osborn es un desconocido para Peter y… bueno, es todo lo feliz que podría ser.
Tras asegurarnos que el matrimonio Parker-Watson no se va a romper (algo que los fans llevan pidiendo durante décadas), Hickman nos introduce el meollo del asunto: una imagen de Tony Stark venida del futuro, le cuenta a Peter lo que se supone que había tenido que pasar con la araña y le ofrece, a sus treintaytantos, la posibilidad de convertirse de nuevo (pero por primera vez) en Spider-man y que la araña le pique de una vez. Y lo mismo con el resto de superhéroes de Nueva York
Y así empieza la cosa. Dos hijos, una esposa, sin ninguna idea de cómo ser un superhéroe y aprendiendo de cero. Promete ser la nueva serie de referencia en el mundo Marvel… Y cometerías un error si te la perdieses. ¡Excelsior!
