A estas alturas, ‘Fortnite’ no es tanto un videojuego como una de esos juegos infantiles que nos hacíamos con nuestros muñecos mezclando a Batman con Las Supernenas y a Super Mario con las Tortugas Ninja. Y es que la cantidad de skins disponibles en el juego son incontables. Sin embargo, después de meter en el juego a decenas de personajes, desde Eleven de ‘Stranger things’ hasta Eminem, ahora han dado un pequeño paso en falso al introducir a Peter Griffin.
Zas, en toda la boca
El protagonista de ‘Padre de familia’ ha aparecido en el juego junto a Solid Snake, Freezer y Célula de ‘Dragon Ball’ o incluso The Weeknd, pero hay algo raro en él: está absolutamente musculado. Y no es que el juego no dé una razón de peso para que sea así. En un vídeo vemos cómo Miaúsculos le trae un sorbete caducado en 2021 que, al comérsela, le pone muy fuerte. Y sin embargo, por justificado que esté, es un error.
Por mucho que Seth McFarlane (o quien lleve sus propiedades ahora) haya aceptado que modifiquen al personaje para ponerle a pegar tiros en el nuevo capítulo de ‘Fortnite’, lo cierto es que algo no termina de encajar. Si la gracia del juego es que diferentes propiedades intelectuales puedan pelearse entre sí, ¿por qué hacer a una de ellas tan absolutamente diferente a lo que estamos acostumbrados a ver?
¿Es que acaso tienen miedo de que haya una persona no musculada en la isla? ¿Por qué Peter Griffin no puede tener otros movimientos más originales? Es ‘Padre de familia’ y puede pasar de todo, al fin y al cabo. Y el problema, de hecho, no es del protagonista animado, sino de que da vía libre para cambiar a todos los personajes que quieran para que encajen en el canon del juego. Llevamos solo siete años de ‘Fortnite’ (aunque parezcan tres décadas) y aún queda mucho por delante: permitir esta disgresión no es buena idea si no queremos acabar viendo auténticas burradas.
Por cierto, Epic ha asegurado que sigue en conversaciones con Nintendo, pero sin suerte de ningún tipo, para meter a personajes de Mario en ‘Fortnite’. Obviamente, jamás dirán que sí, visto lo visto. Y no serán los únicos.
