Tenemos muy malas noticias para los fans de la animación: Pixar vive el peor momento de su historia desde su fundación. El estudio que nos trajera a Toy Story, Monstruos S.A, Buscando a Nemo y Coco está pasando por una época desastrosa, y el ejemplo más claro de ello es la taquilla que ha hecho Elemental desde su estreno.
La película de Peter Sohn apenas consiguió recaudar 27 millones de euros en su primer fin de semana, un desastre enorme si tenemos en cuenta su coste de 200 millones. A lo largo de las semanas, ha conseguido recuperar un poco más de su presupuesto, pero está lejos de ser tan rentable como las películas anteriores de Pixar.
Elemental tiene los datos más bajos del estudio desde el estreno de Toy Story, pero de hecho la película sufrió al haberse estrenado en miércoles, y ese fin de semana ya había llegado a los 55 millones. Y, aunque luego vaya a tener una segunda vida en Disney Plus, está claro que va a quedarse muy lejos de lo esperado por Disney.
Pixar… ¿al borde de su final?
Pero ¿a qué se debe esta debacle en Pixar casi sin precedentes? En gran parte, parece que se debe a la decisión de estrenar muchas de las últimas películas del estudio en Disney Plus. Ni Soul, ni Red, ni Luca ni otras se han estrenado en cines, y en gran parte esto ha provocado que la gente deje de sentir esa conexión con la idea de ver las películas del estudio en la gran pantalla.
Esto es algo esencial, puesto que el público juvenil consume mucho más cine en casa que en la gran pantalla, y al dejar claro que muchos de sus estrenos llegan directamente a Disney Plus y el resto llega en apenas dos meses, muchos padres deciden esperar u obviar algunos de sus lanzamientos.
Pero no es el único problema que parecen tener. A pesar de que siguen haciendo cine de gran calidad, parece que en general hay una especie de desapego hacia las nuevas películas de Pixar. Lightyear también fue un enorme fracaso, y aunque no se pueden medir por haberse lanzado directamente en plataformas, Red y Onward tampoco terminaron de funcionar.
Todo esto parece ser una burbuja que no solo sufre Pixar, sino Disney en general. Ni sus marcas más reconocibles como Marvel y Star Wars funcionan al mismo nivel, y ni que decir tiene que sus películas animadas siguen el mismo camino que las de Pixar. Es, sin duda, un momento crucial para la compañía, que ha pasado de conquistar el mundo a desmoronarse poco a poco.
Sin embargo, esto ya ocurrió con Pixar en una ocasión. Antes de que fuera el estudio de animación más laureado del siglo XXI, sufrió durante años pérdidas millonarias… y solo hay una persona que supo estar a la altura de la situación y seguir apostando: Steve Jobs.
Recuperando a Steve Jobs
Pixar fue fundada en 1986 como una compañía innovadora cuyas técnicas digitales ayudaban a grandes películas a utilizar efectos especiales únicos y a crear cosas increíbles por ordenador. Así funcionó durante años, antes incluso de que se llamara Pixar, y fue Steve Jobs quien cambió para siempre el devenir de la compañía.
Cuando Jobs fue expulsado de Apple, fundó la empresa NeXT y compró la división de gráficos de la productora de George Lucas, la proto-Pixar. Tan solo le costó 10 millones de dólares, pero su idea para ella era hacer algo más: un estudio de animación realizado por completo por ordenador. De este modo, durante los primeros años tuvo unas pérdidas millonarias, pero Jobs tenía claro que en algún momento todo iba a ir bien.
“Seguí poniendo más dinero en Pixar, y el único punto brillante eran los cortometrajes de John Lasseter. Me decía: ‘¿Me das 300.000 dólares para hacer un corto?’ Y yo le decía: ‘Vale, hazlo’. Eso era lo único divertido. Todo lo demás no funcionaba”, explicó en su momento el CEO de Apple.
Pronto, su idea fue hacer el primer largometraje animado por ordenador, y en cuanto lo tuvieron listo (Toy Story) sacó la empresa a bolsa para que sus acciones crecieran. Y se convirtió en millonario. En 2002, vendió Pixar a Disney por 2.000 millones de dólares (le costó 10, recordamos), e hizo uno de los negocios de su vida.
Pero ¿cómo podrían aplicar las tesis de Jobs hoy día? Con el mundo tan cambiante, no está del todo claro. Sin embargo, lo que dejó claro es que hay que invertir en el futuro en lugar de en el beneficio inmediato, y eso es justo lo contrario que ha hecho Disney con su plataforma de streaming.
Al invertir tanto en conseguir suscriptores, ha dejado de lado los cines y sus beneficios históricos de taquilla. Y eso, claro, ha provocado que a largo plazo ya nadie espere sus nuevos estrenos en cines… y que todos esperen a que llegue a sus televisiones. Puede que la estrategia funcionara en un primer momento, pero ahora cada vez queda más claro que tienen que recular si no quieren llegar a la quiebra.
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