Amazon Prime Video lleva un año muy interesante en lo que a estrenos se refiere. Si bien hace poco sufrió un pequeño traspiés público tras añadir anuncios con la tarifa básica de la plataforma de streaming, lo ha compensado con creces gracias a Fallout, serie que adapta el videojuego de Bethesda y que se ha convertido en la segunda más vista de su plataforma —después, ojo, de El señor de los anillos: Los anillos de poder—.
Ahora, la plataforma de Jeff Bezos acaba de incluir en su catálogo una serie española que está colocándose con rapidez en el top mundial: Perverso. Creada por Alonso Laporta junto a Gustavo Ron y Ángela Armero, la serie sirve como spin-off de Parot, serie de 2021 que habla sobre la derogación de la Doctrina Parot en España. Sin embargo, es una serie completamente independiente y, más que servir como una continuación de la anterior, sirve como un complemento.
Perverso se conecta con Parot gracias al personaje Julián López de Haro, interpretado por un Iván Massagué (El Hoyo) en estado de gracia. El actor retoma su papel como un aristócrata maquiavélico encarcelado por violación y asesinato, esta vez en un papel más protagonista y con su “perversión” como eje central de la trama. En este caso, la trama nos lleva hasta la mente retorcida de Julián, que mientras está encerrado planea su venganza contra la jueza que lo condenó, interpretada por la también magistral Kira Miró.
Iván Massagué en estado de gracia
Desde los primeros momentos de Perverso, queda claro que el mayor atractivo de la serie reside en la interpretación de Iván Massagué como el siniestro Julián López de Haro. Después de robarse el show en Parot, los creadores decidieron que mercía su propia serie —sí, algo como Berlín con La Casa de Papel—, y lo cierto es que brilla en esta nueva oportunidad.
Massagué logra capturar la esencia de un psicópata frío y calculador, dotando al personaje de una presencia magnética en pantalla. Su voz rasgada, su quietud en el habla y su capacidad para transmitir una violencia contenida son aspectos que hacen que cada escena en la que aparece sea fascinante de ver. Sin duda, la razón más de peso para ver esta ficción de Prime Video.
La serie comienza cuando Julián recibe una amenaza de muerte por parte de un secuestrador (Jan Cornet). Esto añade un nuevo giro a la narrativa, ya que se dirige directamente contra la élite empresarial, y aporta un subtexto interesante a la serie. Pero, si bien esta premisa inicial promete intriga y suspenso, la serie tropieza con la falta de originalidad en algunos de sus elementos. Los tópicos del género, como el montaje paralelo en la búsqueda del secuestrador o las traiciones entre personajes, resultan predecibles y restan impacto a una trama que no necesitaría de estos recursos para interesar al gran público.
De hecho, aunque Massagué brilla con luz propia, el resto del elenco de Perverso no siempre logra mantener el mismo nivel de excelencia. Está claro que hay destellos de talento en actores como Esmeralda Pimentel como la abogada Mariana, y Jan Cornet como el secuestrador, pero algunos personajes secundarios se sienten desdibujados o estereotipados, lo que limita su impacto en la historia y deja claro que todo está hecho para que Massagué brille.
No obstante, uno de los aspectos más interesantes de Perverso es su exploración de temas como la corrupción en el sistema judicial y los privilegios de la élite. La serie ofrece una visión crítica de cómo el dinero y el poder pueden corromper incluso a aquellos encargados de impartir justicia. En ocasiones, estas reflexiones se ven empañadas por una ejecución algo superficial, pero profundiza lo justo y necesario en la trama para tampoco entorpecerla.
Dicho esto, Perverso es una serie que oscila entre la promesa y la convención. Si bien ofrece momentos de intriga y un villano memorable gracias a Iván Massagué, su trama predecible impide que alcance su máximo potencial. A pesar de ello, sigue siendo un entretenimiento generalista que, por supuesto, triunfa en todos los lugares donde se estrena.
