A día de hoy ya nos va quedando bastante claro que Apple TV+ es la casa de la ciencia ficción. Aunque Netflix es un duro competidor con apuestas como la magnánima El problema de los tres cuerpos, la plataforma de streaming de Tim Cook no deja de sorprender con propuestas de sci-fi que están muy por encima del resto.
De entre todas ellas, hay una que lleva desde 2019 petándolo sin hacer demasiado ruido. Su nombre es Para toda la humanidad, y aunque no es exactamente de ciencia ficción, sí que va sobre astronautas y el espacio. Su premisa no puede ser más llamativa, similar a The Man in the High Castle pero desde una perspectiva más fascinante:
“Para toda la humanidad se centra en qué hubiese pasado si la carrera del espacio mundial no hubiese acabado después de que la Unión Soviética completase la primera llegada a la Luna. El hecho de que el primero en llegar no fuese estadounidense, sacudió el país devastando las esperanzas de ir en cabeza en la carrera y produjo una nueva meta: llegar a toda la galaxia”.
Gracias a esta premisa, la lucha de poder y la intriga política se dan la mano desde una perspectiva nunca antes vista en este tipo de series. Es una ficción única en la que los personajes importan, pero donde el punto de vista está en este mundo irreal que, a su vez, habla tan bien de cómo somos hoy en día.
Una serie sobre lo que nos hace humanos
Con 4 temporadas de 10 episodios cada una, Apple TV+ puede decir alto y claro que se trata de una de sus series más exitosas y continuadas de todo su catálogo. Más allá de Fundación, Silo o Constelación, que necesitan más años de maceración y van poco a poco, Para toda la humanidad es una ficción que no ha dejado de rodarse y emitirse de forma casi continuada, por lo cual es un deleite para los fans de la plataforma.
Esta serie, creada por Ronald D. Moore, Matt Wolpert y Ben Nedivi, no solo nos transporta a mundos lejanos y futuros distantes, sino que también nos invita a reflexionar sobre la esencia misma de lo que significa ser humano. A través de sus episodios, la serie desafía nuestras concepciones de historia, ciencia y sociedad, mientras nos sumerge en un viaje épico que abarca décadas y galaxias.
Uno de sus puntos más fuertes es su reparto. Los principales protagonistas de Para toda la humanidad son Joel Kinnaman y Toby Kebbell, pero a ellos se les unen otros actores de gran nivel como Daniel Stern, Tyner Rushing, Edi Gathegi o Kris Marshall. Todos ellos cuentan con evoluciones muy interesantes en sus personajes, y a pesar de que la trama principal está muy definida, hay decenas de subtramas que se superponen y ayudan a conformar un universo mucho más vasto de lo que parece en un principio.
Además, la serie destaca por su representación diversa de personajes y culturas, ofreciendo una visión inclusiva del futuro que refleja la realidad del mundo en el que vivimos. A través de sus protagonistas, Para toda la humanidad nos muestra que el verdadero poder reside en nuestra capacidad para unirnos y trabajar juntos hacia un objetivo común, independientemente de nuestras diferencias.
Pero lo que hace que Para toda la humanidad sea verdaderamente merecedora de la atención de toda la humanidad es su capacidad para trascender las barreras del entretenimiento superficial y abordar temas universales que resuenan en todos nosotros. Desde la ambición y el sacrificio hasta el amor y la pérdida, la serie nos lleva a un viaje emocional que nos recuerda nuestra propia humanidad y fragilidad.
Otro aspecto que hace que la serie sea digna de atención es su impecable producción. Desde los impresionantes efectos visuales hasta la dirección magistral y las actuaciones cautivadoras, cada elemento de la serie ha sido cuidadosamente elaborado para crear una experiencia que no solo entretiene, sino que también educa y emociona.
En última instancia, lo que hace que Para toda la humanidad sea una serie que merece la pena para toda la humanidad es su capacidad para inspirar. En un momento en que la división y la incertidumbre parecen estar en aumento, esta serie nos recuerda que, a pesar de nuestras diferencias, todos compartimos un destino común como habitantes del mismo planeta.
