“¿Este texto lo ha escrito un humano o una inteligencia artificial?”. Seguramente te hayas formulado esa pregunta en alguna ocasión al ver alguna publicación en una red social o al leer un artículo. Y es que el uso de las IA como ChatGPT se ha normalizado en muy poco tiempo, y ya son muchos las que la usan a diario para hacer trabajos de clase o incluso copiar en los exámenes.
A la hora de averiguar si un texto tiene o no “humanidad”, uno de los detectores más usados es el clasificador de textos de OpenAI, la compañía detrás de ChatGPT. Sin embargo, la empresa parece no estar muy contenta con los resultados de su herramienta y ha decidido cerrarla hasta nuevo aviso.
En una actualización de una entrada de su blog, OpenAI ha anunciado el cierre de su clasificador de texto debido a su bajo índice de precisión y dice que los servicios de esta herramienta terminaron el pasado 20 de julio.
“Estamos trabajando para incorporar los comentarios y actualmente investigamos técnicas de procedencia más eficaces para el texto, y nos hemos comprometido a desarrollar y desplegar mecanismos que permitan a los usuarios comprender si el contenido sonoro o visual está generado por IA”, explica OpenAI en su actualización.
El clasificador de textos ha dado más de un quebradero de cabeza a OpenAI debido a la gran cantidad de falsos positivos que arrojaba la herramienta. Unos fallos muy similares a los que muestra la propia ChatGPT, que es capaz de inventarse datos e incluso mentir en muchas ocasiones.
Recientemente, OpenAI ha sido denunciada después de que ChatGPT afirmara falsamente que un famoso locutor de radio de Georgia (Estados Unidos) había sido acusado de estafa y malversación de fondos. Además, un abogado estadounidense que utilizó ChatGPT para un caso acabó siendo sancionado tras presentar en el juicio casos judiciales inventados por la IA.
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