Imagina que tienes, millón arriba, millón abajo, todo el dinero del mundo. ¿Qué es lo que harías con el? Si tu respuesta es “Disfrutar de él”, no tienes la mente de tiburón que tiene Mark Zuckerberg, el dueño de Meta (por entendernos: Facebook e Instagram), que se ha construido una mansión subterránea, un búnker de lujo que parece sacado de las fantasías de un millonario de dibujos animados o de ‘Bioshock’. Y todos sabemos lo bien que acaba ‘Bioshock’.
Zuck al bunk
¿Y dónde se la está montando? Pues dónde si no: en Kauai, la isla hawaiana donde vive y en la que posee 566 hectáreas de terreno con dos mansiones, un gimnasio con piscina y canchas de tenis incluidas y, por supuesto, un búnker. A ver qué casa de bien no tiene uno hoy en día, es tendencia. Este se conectará con las mansiones por un túnel al que se accede con una puerta gigantesca de metal y cemento, por si acaso empieza una nueva guerra mundial. Lo típico.
Bajo tierra, el muchacho tendrá ascensores, paredes que amortiguan el sonido, tanques de agua propios y entradas secretas. No se puede decir nada negativo de Zuckerberg -que no del capitalismo- porque, francamente, suena muy -muy- divertido. Es así. En general, todo el complejo le va a costar 270 millones de dólares (o, como él lo llama, “calderilla”) y lo único que ha pedido a los empleados que trabajen allí es silencio absoluto y firmar NDAs para que nadie sepa exactamente qué tiene en su interior.
Si yo fuera David Fincher ya estaría tomando notas para ‘La Red Social 2’, porque, aunque su familia está encantada y ya considera el Rancho Koolau (que así se llama) como su casa, lo cierto es que es un movimiento de megalómano de manual. De momento, Zuck ya ha hecho alguna reunión allí y lo tendrá fácil para no encontrarse con alguien si se enfada, porque tendrá unas 30 habitaciones con sus respectivos 30 baños. Esa la gente que jamás tendrá que entrar en Idealista a compartir habitación. Ay.
