Hubo un tiempo en que ni Marvel ni DC parecían algo que estuviera en las expectativas del gran público. A finales de los 00s, cuando se esperaban con ansias blockbusters, en lo que todo el mundo pensaba era en la franquicia de Transformers. Una franquicia que hoy ha perdido parte de su favor por parte de crítica y público, pero que es la decimocuarta franquicia con más recaudación de la historia del cine. Teniendo en cuenta que hablamos de una lista donde el top 5 está constituido por el MCU, Star Wars, Spider-Man, Harry Potter y James Bond, el puesto catorce no parece justificar el olvido al que a veces parece habérsele relegado.
Eso no quita para que las películas de la franquicia hayan tenido altibajos. Momentos mejores y peores, en especial, gracias a que el director más implicado con la misma, Michael Bay, tiene más apasionados críticos que encendidos defensores. Pero como la séptima entrega de la franquicia, Transformers: Rise of the Beasts, está tan cerca que ya tenemos incluso su primer tráiler, vamos a ordenar todas las películas de su particular universo cinematográfico para comprobar cómo de justas han sido las críticas de la misma. Todo para descubrir porqué, la mejor de todas hasta el momento, es un spinoff.
Transformers: Age of Extinction
El mayor pecado que puede cometer una película de entretenimiento es recordarte que estás viendo una película. Eso es algo en lo que cae constantemente Transformers: Age of Extinction y sus gargantuescos 165 minutos. Una oda al exceso donde los efectos especiales no consiguen levantar una película donde las escenas donde salen humanos dan ganas de dar al botón de pasar rápido y en las que salen los robots nos recuerdan que las películas anteriores lo supieron hacer mejor. Un recordatorio doloroso de que, para que una película se sienta importante, hay que hacer algo más que repetir una y otra vez lo importante que es todo lo que está en juego.
Transformers: The Last Knight
Ingeniosa en su premisa, pero desastrosa en su ejecución, Transformers: The Last Knight cae en los mismos problemas que Transformers: Age of Extinction con un elemento diferenciador: lo que ocurre en The Last Knight tiene un factor de molonidad que nos permite, de vez en cuando, volver a la infancia y mirar con admiración al caos que ocurre en pantalla. O podría haberlo hecho si hubiera aceptado lo que es de verdad. Si hubiera llevado hasta sus últimas consecuencias que es una historia que parece escrita por un niño de 5 años jugando con sus juguetes de Transformers tras que le cuenten muy por encima la historia del Rey Arturo, podría estar un par de puestos más alto en esta lista.
Transformers: Dark of the Moon
Existe la expresión de que las segundas partes nunca fueron buenas porque cuando se forjó la misma no se había estrenado Dark of the Moon para compararla con Revenge of The Fallen. Todo lo que es la segunda entrega de la franquicia —mamarracha, loca, repleta de peleas y escenas épicas con mucha cámara lenta—, es lo que quiere ser esta tercera entrega, que sólo consigue ser una versión peor, más larga y más cansada. Una película que prometía mucho, pero que le faltaba un giro de tuerca propio.
Transformers: Revenge of the Fallen
Existen dos maneras de ver Transformers: Revenge of the Fallen. Como película que quiere seguir un guion con una lógica con sentido, fracasa estrepitosamente y acaba resultando demasiado repetitiva y frustrante como para no notar que le sobran cuarenta minutos de metraje. Pero si se ve como una película donde los robots sangran líquido de frenos y donde la Gran Pirámide de Giza sirve para que robots que se convierten en vehículos se peleen y efectúen cabriolas espectaculares, la película se disfruta como se disfruta una tarde en el circo: apreciando la posibilidad de ver algo que no debería ser posible.
The Transformers: The Movie
Esto es hacer trampas, porque no es parte del canon de las películas modernas de Transformers, pero no quita que sea una película de Transformers. Y es que, transcurriendo veinte años después de la serie original, The Transformers: The Movie fue un fracaso de crítica y público que sólo con los años se ha terminado revalorizando. ¿Por qué? Porque a los robots les ponen las voces gente como Leonard Nimony, Eric Idle o el invento de las fake news, Orson Welles; la banda sonora es una mezcla de electrónica de Vince DiCola y heavy metal compuesta por Stan Bush y “Weird Al” Yankovic, y su animación sólo puede definirse por momentos como psicodélica. Una película que, probablemente, se merecería estar a la cabeza de esta lista.
Transformers
Excepto porque la película que lo inició todo sigue siendo un ejemplo de lo que fueron los blockbuster de finales de los 00s. Michael Bay desatado. Empieza como una comedia, sigue como un thriller, acaba como una película de acción, y de algún modo, funciona en todo momento sin que nos lleguemos a plantear siquiera que todo eso no debería ser capaz de encajar nunca. Pero lo hace. El resultado es una película familiar que la presencia de Megan Fox y la dirección de actores de Michael Bay hacen extremadamente incómoda de ver en familia para definir la identidad de la franquicia desde su primera entrega. Algo que pueden decir muy pocos en la historia del entretenimiento.
Bumblebee
Ahora bien, no nos engañemos. Si Transformers es la película fundacional de la franquicia, Bumblebee es lo que ocurre cuando se hace esa misma película pensando en una audiencia de más de quince años. No es sólo que la dirección de Travis Knight, las actuaciones de Hailee Steinfield y John Cena, y el diseño de Bumblebee estén entre los mejores de la saga, es que la película tiene una fotografía, un ritmo y un guion que consigue ser siempre agradable, familiar y cuando toca, épico y tenso, sin resultar incómodo para ningún miembro de la familia. ¿Se echa de menos el ruido y la furia de Michael Bay? Quizás. Pero es un precio que estamos dispuestos a pagar a cambio de la genialidad confortable que se desata en Bumblebee.
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