No deja de ser sorprendente que la Matanza de los Inocentes, en la que, según la Biblia, el rey Herodes I mató a todos los niños recién nacidos tratando de encontrar a Jesús de Nazaret, haya evolucionado en hacer bromas el 28 de diciembre. Y eso que en su día las autoridades las consideraban una “burla de la moral y el culto cristiano”. Eso no impidió que todos los 28 de diciembre desde que tenemos recuerdo haya habido bromas en televisión y prensa. Pero, ¿cuándo y cómo empezó todo?
Sin manos ni Photoshop
Quizá no fue la primera, pero, desde luego, sí fue la más conocida de entre aquellas proto-inocentadas. El 28 de diciembre de 1905, el ABC llevaba, a media página, la fotografía del derrumbe del viaducto en la Calle Segovia de Madrid. Hay que decir que el cuerpo de la noticia no llamaba a la broma, mostrando que aún quedaba mucho por aprender en la técnica de redacción humorística: “El hundimiento de parte de esta hermosa vía se produjo a las cuatro y veinticinco minutos. El estrépito fue tremendo”.
Como tremendas fueron las reacciones: la gente acudió al lugar a ver el destrozo solo para encontrarse con que la fotografía que acompañaba el drama era un simple y astuto montaje de Medina Vera tan realista que parece sorprendente que se hiciera hace 120 años sin necesidad de Photoshop. Fue solo la primera de muchas, muchísimas inocentadas en la prensa española.
El robo de uno de los leones del Congreso, la venta de la Cibeles a Egipto, Fernando Romay dedicándose a las carreras de caballos o una ballena hallada en la Casa de Campo son solo algunas de las que se fueron publicando a lo largo de los años. Incluso hubo alguna que costó dinero al periódico: la publicación de que Azaña dejaría de ser presidente en ‘La nación’ les costó 5000 pesetas (de 1932, unos 11.000 euros actuales). No estaba el asunto para bromitas.
Ahora, sobre todo, las inocentadas pueden encontrarse en la prensa online, aunque los periódicos más “serios” cada vez intentan alejarse más de la tradición para que no les acusen de fake news y los satíricos, como El Mundo Today, cada vez van más a lo suyo como si no estuviera pasando nada. ¿Va a morir la tradición alguna vez? Esperemos que no. O que, al menos, no caigamos después en celebrar el April’s Fools…
