“Los dos entran en una tienda con el cartel ‘Charcutería – Ultramarinos’. Un pequeño perro está en la puerta”. Lo creas o no, estas fueron las palabras del primer guion en el que Goscinny presentó al mundo a un personaje que después sería clave en las aventuras de Astérix y Obélix. Era el quinto cómic de la pareja de galos, ‘La vuelta a la Galia’, y acababa de nacer el perrito Ideafix.
¡Un millón de huesos!
Al final de aquel cómic, en el que Uderzo fue dibujando de vez en cuando al perrito persiguiendo a los galos, Obélix decide adoptarle dándole un hueso. Sin embargo, su nombre no se desvelaría hasta el siguiente número, ‘Astérix y Cleopatra’. Y había un buen motivo para ello: la revista donde se publicaban los números semanales, ‘Pilote’, decidió hacer un concurso para que fueran los propios lectores los que decidieran el nombre de la mascota. Porque, en el fondo, era un poquito suya también.
A partir del llamado en el número 209 de ‘Pilote’ los lectores empezaron a mandar sus propias propuestas. El propio Uderzo recuerda que recibieron nombres bastante regulares como Patracourcix o Papeurdurix, pero cuatro participantes que no se conocían entre sí propusieron el mismo nombre: Idéfix, que suena como “idea fija” (idée fixe), y que en español tenía traducción sencilla: Ideafix. Para el dibujante, “¡Fue perfecto! Se trataba de un animal con una idea fija: Encontrar un hueso”.
Por suerte, se salvó de otros nombres que se propusieron como Trépetix, Paindépix, Toutousanprix o Minimix. Hace 60 años del debut de Ideafix y sigue dando de qué hablar: de hecho, en 2021 le dieron su propia serie de televisión y cómics acompañando. ¡Ah! Por si tienes curiosidad, tenemos perrete para rato: en ‘Astérix y Latraviata’, de 2001, fue padre de una camada gigantesca. Quizá alguno de sus hijos pueda llamarse Patracourcix. Oye, quién sabe, ¡será por nombres!
