En el Top 10 de películas de Netflix siempre se cuelan algunas joyas que nadie espera. Más allá de blockbusters que ya lo han petado en el cine como Super Mario Bros., o de películas originales que tienen el favor de la plataforma como Damsel, siempre hay hueco para alguna película de gran factura que no tuvo un paso demasiado grande por el cine.
Ahora mismo, esto está ocurriendo con Ford v Ferrari, también titulada como Le Mans ’66. Dirigida por James Mangold, cineasta detrás de Logan y de Indiana Jones y el dial del destino, la película consiguió una recaudación nada desdeñable de 225 millones de dólares bajo un presupuesto de 97 en 2019.
Sin embargo, el filme no llegó a tantos hogares como merecería, puesto que se trata de una de las mejores películas de ese año, así que su llegada a Netflix le ha dado una nueva vida que sin duda los cinéfiles están aprovechando para descubrir esta joya. Pero ¿qué tiene de especial esta película? Solo hay que acercarse a ella para darse cuenta.
Mucho más que una película de carreras
Ford v Ferrari es, en resumidas cuentas, una película sobre coches de carreras. Sin embargo, su narrativa va mucho más allá, y cuenta uno de los momentos más emocionantes de este deporte ligado estrechamente al avance tecnológico de los años sesenta.
El filme nos lleva hasta 1959 para conocer a Carroll Shelby (Matt Damon), quien está en la cima del mundo tras ganar la carrera más difícil del automovilismo, las 24 horas de Le Mans. Pero su mayor triunfo ve acompañado seguidamente de un duro golpe -los médicos le advierten al intrépido tejano que tiene una cardiopatía que le impedirá pilotar.
En lugar de hundirse, Shelby se reinventa ingeniosamente como diseñador de coches y comercial en una fábrica de Venice Beach con un equipo de ingenieros y mecánicos entre los que se encuentran el irascible conductor de pruebas Ken Miles (Christian Bale). Premiado piloto de carreras de nacionalidad británica, Miles es un hombre de familia y es brillante al volante, pero también desmesuradamente franco, arrogante, e inflexible.
Cuando un vehículo de Shelby sorprende en Le Mans frente al venerable italiano Enzo Ferrari, Ford Motor Company recluta al visionario para diseñar el coche de carreras más avanzado: una máquina capaz de ganarle incluso a Ferrari en la implacable pista francesa. Listos para triunfar aunque tienen todas las de perder, Shelby, Miles y su ecléctico equipo desafiarán las interferencias corporativas, las leyes de la física y hasta sus demonios personales para desarrollar un vehículo revolucionario capaz de vencer a todos sus competidores. Pero, por desgracia, su incansable esfuerzo tendrá sus consecuencias.
Llena de giros, momentos de tensión y carreras trepidantes, la película dejó claro que James Mangold no es solo un buen director de acción, sino que además sabe llegar a la patata de su público cuando se lo propone. Sin duda, Ford v Ferrari es de esas películas que parecen sacadas de un blockbuster de hace décadas… en el mejor de los sentidos.
Un elenco extraordinario
Lo mejor de la película está, sin duda, en su dupla protagonista. Matt Damon, el protagonista, consigue engatusar al público desde el minuto uno. El actor mezcla su carisma de películas como El indomable Will Hunting o The Martian con la ternura que demuestra en Air o El talento de Mr. Ripley. Es una de las actuaciones de su carrera, aunque haya pasado algo desapercibida por el gran público.
Ocurre igual con Christian Bale. Cuando hizo Ford v Ferrari ya había sido Batman y American Psycho, pero sin duda consigue exprimir su carisma al máximo con una actuación que recuerda más a la divertidísima performance que tuvo en La gran apuesta.
Ambos erigen una dupla nada fácil de desdeñar, y es que a su vez interpretan a personas reales en una historia que pudieron conocer de primera mano gracias a ellos. Un ejercicio interpretativo enorme que se suma al de otros actores del elenco como Jon Bernthal y Caitriona Balfe.
Sin duda, Ford v Ferrari es una película digna tanto para dedicarle todo tu tiempo como para verla un domingo por la tarde en una maratón. Tiene todos los ingredientes para deleitar al gran público, así que aprovecha ahora que ha llegado a Netflix para echarle un ojo cuanto antes.
