Muchos nos preguntamos por el streaming y su explosión de precios al alza, una carrera que está dejando a muchos usuarios por el camino, ya que no es sostenible pagar cada año más que el anterior por los mismos servicios.
Por este motivo, mucha gente se pregunta por la cifra exacta que se dejan los hogares de media en servicios de streaming, más con la explosión de los dos últimos años. Ahora tenemos una respuesta.
Según el 18º informe anual de Deloitte sobre tendencias de los medios digitales, los hogares estadounidenses suscritos a servicios de entretenimiento de vídeo en streaming gastan una media de 61 dólares al mes por cuatro servicios. Esta cifra supone un aumento del 27% respecto a los 48 dólares mensuales de la encuesta del año pasado.
Un montón de datos interesantes sobre el consumo de streaming
La encuesta indica que la subida de precios en esta categoría puede estar cerca de su punto de ruptura:
- Algo más de un tercio (36%) de los encuestados afirma que los contenidos disponibles en los servicios de vídeo en streaming no merecen la pena.
- Y casi la mitad (48%) de los encuestados afirma que cancelaría su servicio favorito de vídeo a la carta por suscripción si los precios mensuales subieran 5 dólares al mes.
Según el último informe de Deloitte, la rotación se ha suavizado un poco, pero sigue siendo alta: el 40% de los consumidores afirma haber cancelado algún servicio de vídeo a la carta por suscripción en los seis meses anteriores, frente al 44% del año pasado.
Según la encuesta, el 67% de los encuestados desea un paquete de streaming que le permita buscar contenidos en todos los servicios múltiples; y el 63% desea un paquete de servicios que pueda personalizar cada mes.
Curiosamente, alrededor del 47% de los consumidores encuestados afirmaron que pasarían más tiempo en plataformas de vídeo en streaming si los contenidos fueran más fáciles de encontrar. Más de la mitad de los consumidores de la generación Z y de la generación del milenio afirman que obtienen mejores recomendaciones de contenidos a través de las redes sociales que de los propios servicios de streaming.