Cuando ya creíamos que habíamos descubierto todo lo relacionado con la vida en nuestro planeta, la ciencia vuelve a demostrarnos que aún nos queda un trecho muy grande por cubrir.
Hace poco, un grupo de investigadores a bordo de un buque del Instituto Oceánico Schmidt utilizaron un robot submarino para dar la vuelta a placas de corteza volcánica en las profundidades del océano Pacífico.
El equipo internacional de investigadores halló bajo el lecho marino de este estudiado yacimiento vetas de fluidos subsuperficiales en un mundo completamente nuevo que no se sabía que existía.
“En tierra hace tiempo que sabemos de animales que viven en cavidades subterráneas, y en el océano de animales que viven en la arena y el barro, pero por primera vez, los científicos han buscado animales bajo los respiraderos hidrotermales”, afirma en una publicación Jyotika Virmani, la directora ejecutiva del instituto.
“Este descubrimiento verdaderamente extraordinario de un nuevo ecosistema, oculto bajo otro ecosistema, aporta nuevas pruebas de que la vida existe en lugares increíbles“.
Tras retirar la corteza del fondo marino se ha descubierto un colorido ecosistema de gusanos, caracoles y bacterias quimiosintéticas que dependen de los minerales, y no de la luz solar, para obtener energía.
“Con este descubrimiento se ha ampliado enormemente nuestro conocimiento de la vida animal en las fuentes hidrotermales de aguas profundas”, afirma en la publicación Monika Bright, una ecologista de la Universidad de Viena.
“Existen dos hábitats dinámicos en los respiraderos. Los animales de los respiraderos que se encuentran por encima y por debajo de la superficie prosperan juntos al unísono, dependiendo del fluido de los respiraderos desde abajo y del oxígeno del agua de mar desde arriba”.
Los científicos encontraron especialmente fascinantes a los gusanos tubícolas, unas criaturas de las profundidades que parecen viajar por debajo del lecho marino a través de fluidos volcánicos para colonizar nuevos hábitats. Esto podría explicar por qué se ven tan pocas crías congregadas en torno a fisuras volcánicas profundas, ya que la mayoría pueden estar madurando bajo la superficie.
Para probar esta hipótesis, los investigadores utilizaron un vehículo teledirigido, llamado SuBastian, para extraer un trozo cuadrado de fondo oceánico en la Dorsal del Pacífico Oriental, ubicada frente a Centroamérica, a unos 2500 metros de profundidad. A continuación, el equipo pegó una caja de malla sobre este lugar, ya carente de vida.
Cuando sacaron la caja unos días después, los investigadores descubrieron que un nuevo grupo de animales había colonizado la zona. Los científicos suponen que las criaturas llegaron allí desde debajo de las numerosas grietas y fisuras del fondo marino.
“Los descubrimientos realizados en cada expedición del Instituto Oceánico Schmidt refuerzan la urgencia de explorar a fondo nuestro océano para que sepamos lo que existe en las profundidades marinas“, afirma Wendy Schmidt, presidenta y cofundadora del Instituto Oceánico Schmidt.
“El descubrimiento de nuevas criaturas, paisajes y, ahora, un ecosistema totalmente nuevo pone de relieve lo mucho que nos queda por descubrir sobre nuestro Océano, y lo importante que es proteger lo que aún no conocemos o entendemos“.
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