Netflix acaba de anunciar una bomba: One Piece tendrá un remake. Y pensarás: sí, el live action, ya lo han estrenado. ¡Pero no! Se trata de un nuevo remake de la serie de animación, que traerá de vuelta toda la historia del manga original de una forma más accesible que la serie clásica de Toei Animation.
Cuando ha salido la noticia, la primera reacción de todos los fans de One Piece ha sido común: ¿qué necesidad hay de algo así, si ya existe el anime oficial? Y, bueno, aunque es cierto que puede seguirse la serie sin problema a través del anime comenzado en los noventa, lo cierto es que existen varios motivos por los que es ideal este remake. Y vamos a exponerlos a continuación.
1. Es una serie muy muy antigua
El anime de One Piece comenzó a emitirse el 20 de octubre de 1999, y en la actualidad ya lleva estrenados 1088 episodios. Esto quiere decir que, para ponerse al día de One Piece, debes comenzar con una serie que se ve muy pasada de moda y pasar por diferentes etapas hasta la actualidad. Una locura que no todo el mundo puede hacer.
2. Es una serie muy muy larga (y con un ritmo muy lento)
Pero no solo es antigua: también es muy larga. Un anime con más de 1000 episodios no se ve tan fácilmente, y es algo que la hace muy poco accesible para el gran público. Este remake permitirá condensar tramas, eliminar relleno, abordar la serie con un ritmo más rápido y modernizarla. Una joya, en resumen, para los que quieran verla de cero.
3. Aprovechar el live action
Pero lo mejor que tiene este anime es que convivirá al 100% con el live action, de forma que los fans de la serie en carne y hueso podrán saltar al anime sin necesidad de embarcarse en una aventura tan loca como la de verse una serie larguísima de cero.
