La moderación de las redes sociales es una tarea ardua y difícil. Está visto y comprobado cómo la manipulación de estas puede hacer derivar la opinión pública de un bando a otro. Si no, que se lo digan a los antiguos empleados de Twitter, los cuales se encargaron de encubrir a Hunter Biden, hijo del actual presidente de los Estados Unidos, Joe Biden.
En la madrugada del sábado, Elon Musk se hizo eco de un hilo de Twitter creado por Matt Taibbi, famoso periodista estadounidense. Aquí, desenmascaraba el encubrimiento y la censura que los altos cargos de Twitter habían ejercido sobre las informaciones relacionadas con el ordenador de Hunter Biden. Por si fuera poco, este hilo (bautizado como Twitter Files) surgió tras las amenazas de Musk de hacer público los trapos sucios de la propia Twitter. Según el magnate, la filtración haría que el público recuperase la confianza en la red social.
A pesar de que estas capturas han sido presentadas como pruebas del sesgo político presente dentro de la compañía, también han servido para dejar en evidencia a Musk, quien ahora debe tomar decisiones sobre qué permitir o no dentro de Twitter.
El epicentro de la polémica: Hunter Biden y su famoso portátil
El hijo de Joe Biden, Hunter Biden, se encuentra en el centro de un buen lío que, además, ha servido para mostrar las vergüenzas de Twitter. Su portátil olvidado en una tienda de reparaciones en Wilmington ha puesto el foco en la relación de Hunter con las prostitutas, drogas y el desenfreno en general. No contento con eso, también se comprobó cómo Hunter utilizaba su posición política para realizar negocios en el extranjero, además de encontrar pruebas sobre evasión de impuestos y otros desfalcos.
Los documentos publicados por Taibbi muestran cómo los empleados de Twitter pertenecientes a los equipos legales y de comunicación debatían sobre si restringir la información relacionada con Hunter Biden. Por si fuera poco, todo esto ocurría semanas antes de las elecciones de 2020 en Estados Unidos.
En los mensajes internos, se mostraba a algunos empleados preocupados porque Twitter recibiera acusaciones de censura por parte de los conservadores. Sin embargo, otros recomendaban actuar con precaución porque las causas del suceso no estaban claras del todo. Como respuesta a la situación, Twitter eliminó la información provista por The New York Post. La censura de una noticia tan sensible ha servido para poner en trapos menores a la red social.
Sin embargo, ¿qué ha aprendido el mundo sobre los Twitter Files? No mucho. Después de todo, Twitter revirtió su decisión dos días más tarde, y el entonces CEO, Jack Dorsey, dijo que la decisión de moderación fue “errónea”. Por otra parte, el polémico hilo causó una nueva oleada de teorías de la conspiración y avivó aún más si cabe el asunto del portátil.
Esta situación contrasta en gran medida con las últimas decisiones de Elon Musk, que se ha tomado la justicia por su mano. El sudafricano ha restaurado las cuentas de personajes tan polémicos como Donald Trump o Kanye West, aunque este último ha vuelto a ser eliminado de Twitter tras la publicación de una esvástica dentro de una estrella de David.
Toda esta situación pone de manifiesto que el objetivo utópico de moderar a Twitter bajo la bandera de la libertad solo se complicará más y más. El propio Musk no tardará en enfrentarse a más desafíos y enredos políticos. Además, los propios Twitter Files han puesto de manifiesto una verdad imperante: el discurso de odio está adquiriendo más fuerza desde que Elon Musk se encuentra al frente.
