The Walking Dead es una de las licencias más populares de la última década. La mayoría del público conoce la exitosa serie televisiva basada en el cómic del mismo nombre, que nos presentaba un mundo postapocalíptico donde los clásicos zombis se llaman “caminantes” (“Walkers” en inglés).
La serie de The Walking Dead se fue desinflando con cada temporada, pero su último spin off, protagonizada por el carismático Daryl Dixon, está cosechando maravillosas valoraciones tanto por parte de los usuarios como de la crítica, haciendo que todo el mundo vuelva a hablar de ella.
Sin embargo, en el mundo de los videojuegos existe un contraste enorme actualmente. Los primeros videojuegos que se hicieron de The Walking Dead, desarrollados por la ya desaparecida TellTale, tuvieron muy buenas valoraciones, siendo de carácter narrativo y centrándose en la toma de decisiones.
Pero su último videojuego no ha tenido la misma suerte. The Walking Dead: Destinies se nos presentaba como un juego en el que podríamos alterar los sucesos de las tres primeras temporadas de la serie, cual multiverso. Ya de por sí, su primer tráiler no tuvo muy buena acogida que digamos, con un apartado gráfico propio de un videojuego de PlayStation 3, pero el resultado final ha sido incluso peor de lo esperado.
No solo la calidad gráfica ha seguido siendo la misma, sino que, además, la propia narrativa y las mecánicas jugables son un auténtico desastre. Y para muestra, un botón: en una cinemática del juego, Rick se entera del fallecimiento de su esposa y grita de la rabia y la frustración. Todo esto estaría genial si no fuera porque las caras de los personajes son completamente inexpresivas y no existe movimiento alguno en toda la escena, que parece más un PowerPoint que otra cosa.
Todo apunta a que el estudio desarrollador, Flux Game Studio, tuvo una experiencia muy similar a la de IguanaBee, los creadores del infame Skull Island: Rise of Kong, y habrían contado con plazos de desarrollo muy ajustados. Desde luego, no se puede hacer un buen videojuego si te lo piden para ayer.
