El año pasado se inició una demanda contra Sony alegando que su plataforma exclusiva de videojuegos llevó a cobros excesivos para los jugadores en la PlayStation Store. Recientemente, el Tribunal de Londres decidió avanzar con esta demanda, a pesar de la resistencia de los creadores de PS5. Si la demanda triunfa, podría resultar en un pago sustancial a jugadores del Reino Unido, potencialmente alcanzando los $7.9 mil millones.
Iniciada en agosto del año pasado, la demanda sostiene que Sony participó en comportamientos anticompetitivos, permitiéndole imponer una comisión del 30 por ciento en todas las ventas en la PlayStation Store. Según la afirmación, esto impidió la posibilidad de una comisión reducida y ahorros consecuentes para los consumidores. Los esfuerzos de Sony por desechar el caso sufrieron un revés hoy, ya que el Tribunal de Apelación de la Competencia falló en su contra. El Tribunal afirmó que Sony no demostró de manera convincente que la queja fuera infundada o que no tuviera posibilidad de éxito en el juicio.
La demanda, liderada por el defensor de los consumidores Alex Neill, está lista para avanzar, con ambas partes preparándose para debatir sus méritos. Es importante señalar que no se acusa a Sony de manipulación de precios encubierta. En cambio, la demanda cuestiona una práctica común en las plataformas modernas de juegos: cobrar tarifas mientras se excluyen a competidores. El argumento central es que al no permitir ventas de terceros directamente en la PlayStation Store, Sony está restringiendo la competencia y consecuentemente inflando los precios para los jugadores.
Este caso hace eco de disputas similares en Estados Unidos, especialmente la demanda Epic vs. Apple y el continuo juicio de Epic vs. Google. Epic Games criticó tanto la App Store como Google Play por imponer comisiones sustanciales a negocios que operan en sus plataformas. Para establecer un paralelo, imagina un escenario donde las PC solo pudieran instalar Steam, convirtiendo la plataforma de Valve en el único acceso exclusivo a juegos. Sin embargo, estos argumentos no han tenido mucho éxito en los tribunales de Estados Unidos. Queda por ver si la demanda contra Sony en el Reino Unido tendrá un destino diferente.
