Puede que la palabra “selfie” no se acuñara hasta el 13 de septiembre de 2002, pero la palabra se llevaba usando ya un tiempo en Australia como sinónimo de, bueno, sacarte una foto a ti mismo. Antes de los móviles con cámara delantera era un poco al tuntún, pero más o menos se podía apañar. Porque puede parecer un invento moderno, pero los selfies tuvieron su momento de gloria en la época de las Polaroid… Y no son pocas personas las que quieren hacer ver que son sus inventoras.
¡Click!
Por un lado tenemos a Susan Sarandon y Geena Davis, que afirman que ellas fueron las primeras en hacerlo en el cine en ‘Thelma y Louise’. Por otro, los que corrigen el error: la primera en sacarse un selfie en pantalla fue Madonna en ‘Buscando a Susan desesperadamente’, de unos años antes. Finalmente, Britney Spears y Paris Hilton, que se acuñan como creadoras del invento. Y al final, ni unas, ni otras: el primer selfie de la historia está a punto de cumplir doscientos años. Sí, has leído bien.
Año 1839. Robert Cornelius, un joven de Philadelphia, hace pruebas con un nuevo invento venido de Francia: el daguerrotipo. O dicho de otra manera, el primer proceso fotográfico que se presentó al gran público. Y lo primero que piensa Cornelius es, claro, en hacerse una foto a sí mismo. Fue en octubre: tras hacer varias pruebas descubrió que la clave para sacarse un buen selfie era esperar entre 10 y 15 minutos absolutamente quieto. Comparado con ahora, un ratito largo.
El autorretrato de Cornelius no solo es el primer selfie de la historia, sino también la primera fotografía en la que se veía nítidamente a una persona en Estados Unidos (en otros países se pueden ver ejemplos hasta de 1837). Puede que penséis que en aquel entonces Cornelius se hizo de oro, pero la verdad es muy diferente: abrió una tienda de fotografía (la segunda del mundo) y durante unos años se convirtió en la persona de moda.
Pero todo acaba, y con la popularización de la fotografía, nuestro aventurero cerró el chiringuito y se puso a crear lámparas en el negocio familiar. Al final de su vida tenía dinero para repartir entre sus ocho hijos y solo años después se puso en valor aquella famosa fotografía. A partir de aquí hay un buen puñado de primeras veces, desde la primera pareja que usó una rama como palo selfie, en 1934, hasta el primer móvil con cámara frontal incorporada, en… ¡2003!
Así que la próxima vez que te frustres después de un par de minutos poniendo morritos sin verte bien, piensa que antes de ti fue un señor del siglo XIX que decidió quedarse 15 minutos quieto para ver cómo salía. A eso se le llama dedicación.
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