A la hora de ver publicaciones en redes sociales, prácticamente todas las apps disponen de un feed algorítmico que te va recomendando contenidos según las cuentas a las que sigues, los me gustas que des, los comentarios que haces y otros (muchos) datos.
Sin embargo, dependiendo de la red social puede que también exista un feed cronológico, en el que solo ves los contenidos de las cuentas que sigues.
Si bien la creencia popular es que los feeds algorítmicos favorecen la polarización de los usuarios al recomendarles siempre los mismos contenidos y que los feeds cronológicos pueden evitar esta situación al mostrar solo los contenidos de la gente a la que sigues, un nuevo estudio en el que ha participado Meta demuestra que esto no es así.
Un grupo de académicos ha publicado en las revistas científicas Science y Nature los resultados de una investigación realizada en colaboración con Meta donde se analiza el impacto de Facebook e Instagram en las elecciones de Estados Unidos de 2020.
El estudio hizo uso de los datos de 208 millones de usuarios activos de Facebook estadounidenses que dieron su aprobación, proporcionados por la propia Meta.
La investigación se llevó a cabo antes, durante y después de las elecciones estadounidenses que dieron la victoria a Joe Biden, de septiembre a diciembre de 2020, con el fin de comprobar si los feeds algorítmicos eran o no los principales culpables de la propagación de desinformación, como afirmaban muchos legisladores de Estados Unidos.
Para ello, se dividió a los participantes en dos grupos: uno que utilizaba feeds cronológicos implementados por Meta en Facebook e Instagram, y otro que utilizaba los feeds algorítmicos predeterminados de ambas redes sociales.
A pesar de que los usuarios con feeds cronológicos veían contenidos más “moderados” que aquellos con feeds algorítmicos, se comprobó que también veían un mayor número de contenidos políticos (un 15,2% más) así como “poco fiables” (un 68,8% más). Tras encuestar a los participantes del estudio, los investigadores no observaron ninguna “diferencia estadísticamente significativa” en la participación política de un grupo respecto a otro.
Además de probar que los feeds cronológicos no afectan a la polarización política, los investigadores también comprobaron que el 97% de la desinformación compartida en Facebook e Instagram la consumen usuarios conservadores (de derechas) y que la posibilidad de compartir noticias (de otras cuentas/páginas) incentiva la propagación de noticias falsas.
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