Si alguna vez has jugado a juegos de mesa en los últimos veinte años (y no nos referimos al ‘Monopoly’, claro, sino a nuevos clásicos básicos) es casi seguro que hayas pasado unas cuantas horas uniendo ciudades utilizando pequeñas fichitas en forma de vagones en, precisamente, ‘¡Aventureros al tren!’ (‘Ticket to ride’ en el original). La obra maestra de Alan R. Moon tiene ya veinte años y tantas versiones como puedas imaginar: Europa, Amsterdam, Londres… e incluso alguna ambientada en 1912. Pero, ¿cómo surgió el juego? ¿En qué momento se le ocurrió la idea a alguien?
Viaje con nosotros
No es que las ideas vinieran de la nada: Moon llevaba toda su vida trabajando como diseñador de juegos para Parker Brothers o Avalon Hill, y desde los años 2000 trabaja como freelance. Esto le da libertad para ir a su propio ritmo y pasear entre juego y juego. Y en estas estaba, caminando por el paseo marítimo de Beverly, Massachusetts, en 2003, pensando en un juego que tenía a medias que trataba, precisamente, sobre trenes. El problema es que las pruebas con gente no estaban yendo bien y no sabía exactamente cómo cambiar los diseños. Y de repente, una nueva estructura apareció en su cabeza.
Al llegar a casa dejó aquel juego de trenes aquel a un lado: tenía todo uno nuevo creado en su cabeza. Hizo el prototipo de un mapa, escribió las reglas en una hoja de papel y poco después ya estaba probándolo con amigos. Funcionó tan bien que apenas tuvo que hacer cambios, más allá de mejorar las rutas del tablero. De inmediato, Days of Wonder se interesó en el prototipo. Un año después estaba recogiendo el Spiel des Jahres, o sea, el premio a mejor juego de mesa del año. Y es que la vida es un juego, sí, pero algunos saben apostar mejor que otros.