Hay artistas que viven de ver su nombre en los titulares. Desde Salvador Dalí hasta Kanye West, muchos creadores han vivido a pachas entre su talento y lo bien (o mal) que se venden, dejando al mismo nivel sus polémicas de sus nuevos lanzamientos u obras. Este es el caso, de una forma mucho más humilde y casi vergonzante, de Cecilio G.
Cecilio G salió a la palestra de nuevo, después de casi un año de ausencia en redes, por increpar a unos candidatos del partido de ultraderecha Vox en Lloret de Mar. Junto a otra chica, comenzó a acosarles por su presencia en el paseo marítimo y, aunque muchos podamos estar de acuerdo con la base de sus quejas, la actitud desproporcionada del cantante ha hecho la campaña gratis a Vox.
Solo hay que echar un vistazo a los titulares de los medios alineados con el partido para darse cuenta de que la escena de Cecilio G ha sido un caramelito para todos ellos. Además, si tenemos en cuenta que menos de un año salió en una foto con Ada Colau, alcaldesa de izquierdas de Barcelona, tenemos el titular hecho como si de ChatGPT se tratara: “Quién es Cecilio G, el joven rapero amigo de Ada Colau que ha agredido a varios miembros de Vox“.
Evidentemente, Cecilio G ni es amigo de Ada Colau ni tiene nada que ver con la política. Sin embargo, sí es un perfomer que vive de la polémica, y solo hay que ver algunos de los videoclips de sus canciones para darse cuenta de que es en esta zona de la ilegalidad, la controversia y el morbo donde más a gusto está el cantante.
Sin ir más lejos, en el videoclip The Animals, el más visto de su canal con 3’7 millones de visitas, vemos una intro en las revueltas de Barcelona por el encarcelamiento de Pablo Hásel. Y este es solo uno de los muchísimos ejemplos que tenemos de Cecilio G lanzando mensajes protesta, anárquicos y en busca de la revolución.
Es, básicamente, su forma de interactuar con la música. Al igual que sus tatuajes faciales y su actitud, es la forma que tiene de transmitir y protestar. Y es algo en lo que no está solo: Cecilio G es solo uno más de la tendencia del trap “de la calle”, el primero que llegó a nuestro país y el que aúna a artistas como Yung Beef, La Zowi o LFAM (el grupo de Edu García que se hizo viral a mediados de 2010).
A pesar de que gran parte de los originarios de este estilo hayan cambiado para acabar impactando en la cultura popular y las principales cadenas, llegando a grandes éxitos como los de C Tangana, Pimp Flaco o Rels B, muchos otros mantienen la agresividad y el espíritu revulsivo originario, tan atractivo para los jóvenes que los escuchan como repulsivo para el resto.
Cecilio G es el máximo exponente de ello, y aunque a nivel musical no sea el que más lo pegue, sin duda su polémica vida más allá del trap —solo tiene 29 años— ha hecho que esté en todos lados. Al final, estas controversias no hacen más que hacer grande su figura y que más gente escuche su música… así que, a pesar de la locura que representa, no le está yendo tan mal.
Todas las polémicas de Cecilio G
Cecilio G se ha ganado su sambenito a pulso, y es que son muchas las controversias en las que se ha metido él solito. Algunas más graves que otras, pero sin duda todas dejan bastante claro de quién se trata este personaje.
La primera data de 2013, cuando ya llevaba un par de años comenzando a sacar temas, aunque lejos del éxito que conseguiría después. Este año fue acusado de robo con fuerza, una denuncia que acabó quedando en nada por la vía penal pero que le costaría mucho dos años más tarde.
En 2015, protagonizó un incidente en el metro de Barcelona. De forma similar a lo que vemos en el vídeo de Vox, profirió grandes amenazas y llevó a cabo una agresión, lo que le supuso, con el agravante del robo con fuerza de 2013, su entrada en prisión.
En ese momento, Cecilio G alegó que tenía problemas psiquiátricos —algo que lleva años acarreando— pero su abogado no le defendió como quiso y el cantante acabó acusándolo de boicot y negligencia profesional. Es importante remarcar que, en ese momento, Cecilio G había dejado de tomar su medicación, y aún así fue ingresado en prisión.
Una vez fuera de la cárcel, continuó liándola y ganando popularidad. Llegó a tener un programa en El País que duró un capítulo —por razones obvias si veis el vídeo— y siguió incrementando su fama.
En 2022 estuvo como artista invitado en el Sónar, y pocos días después de protagonizar la foto con Ada Colau que tantos medios mueven ahora con ahínco, protagonizó su mayor escándalo hasta la fecha. Tras una disputa en el que fue acusado de acoso —algo que más tarde se desmintió—, los agentes del festival intentaron detenerlo, pero él comenzó a agredirles con todo lo que pillaba.
Este es solo el último acto polémico de Cecilio G, que todo parece indicar a que seguirá su camino. Si con 29 años ya ha hecho todo esto, os podéis imaginar cómo serán sus siguientes actos… y mientras tanto siempre nos queda su música, que a pesar de no ser nada del otro mundo deja claro que el artista no engaña a nadie.
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