La sexta y última temporada de Black Mirror ha generado opiniones muy dispersas entre el público. A pesar de que hacía mucho tiempo de que no se estrenaba una nueva temporada de la serie, no ha llovido a gusto de todos. Y, obviando algún capítulo que ha tenido la aprobación general, en su mayoría no ha terminado de convencer a la audiencia.
Charlie Brooker, el creador de la serie, lleva siendo criticado porque, según muchas opiniones, la serie perdió fuelle después de ser comprada por Netflix. Además, en su última temporada, esto se ha ampliado ante las críticas que dicen que ya no cuenta con el mismo espíritu que las anteriores, sobre todo porque muchas de sus historias son anacronías en lugar de distopías. Ante esto, el director ha contestado.
Charlie Brooker responde a las críticas
“Una de las críticas que recibimos a veces es: ‘Prefiero el programa cuando era británico y todos en él eran miserables y todo olía un poco a mierda y todas las historias eran horribles. Y luego pasó a Netflix y de repente todo es soleado y feliz y todos tienen dientes maravillosos y está lleno de estrellas de Hollywood y ha perdido esa ventaja'”, comienza Brooker. Pero está preparado para contestar a todo esto.
“Cuando llegué por primera vez a EEUU, todos esperaban que fuera como Unabomber. Pero Netflix tuvo poco que ver con el cambio. Podría decirse que el capítulo más feliz que he escrito fue ‘San Junípero’, y lo hice por mi cuenta. Sabía que ahora vamos a una plataforma global, por lo que tenemos que hacer que estas historias sean un poco más internacionales. Y quería mezclarlo un poco, para no seguir haciendo maratones sombríos”.
Sin embargo, cree que su espíritu no ha cambiado para nada: “El episodio de la temporada 6, Loch Henry, es jodidamente desagradable, más desagradable que cualquier cosa que hayamos hecho”. Así que ya sabéis, para Brooker nada ha cambiado.
